De manera inaludible, cuando se llega como entrenador de un club de las características del Fútbol Club Barcelona, se recibe las llaves de un cofre dorado. Se dará o no las circunstancias propicias para el éxito pero seguro que se caminará por la delgada línea que lo separa del fracaso. Analizar el año de esta plantilla nos conducirá por momentos incongruentes, contradictorios. Los jugadores que la integran, uno por uno son los mejores en su puesto, pero ya se sabe que eso no es garantía ineludible de conseguir los objetivos propuestos.
Los procesos de transición no son fáciles, sólo echar una mirada atrás y nos daremos cuenta que los equipos deben contar con una columna vertebral que sostenga el cambio en la estructura de la plantilla. Con sólo recordar aquel mítico Barça formador por los: Xavi, Puyol, Piqué, Busquets, Messi, Iniesta, y demás legendarios futbolistas que junto al comandante de esta camada, nuestro Pep Guardiola, hicieron historia. Canteranos de primer nivel mundial, algo que sin duda con el tiempo marcaría diferencias. A medida que estos jugadores fueron apartándose poco a poco del equipo ( propio de la edad que pasa para todos), vimos como la Masía no fue generando jugadores de tanto calibre. Los jugadores foráneos aparte de ser un gasto sideral, necesitan de un tiempo para adaptarse a la idiosincracia de nuestro club.
En la actualidad Valverde parece tener su talón de aquiles en los laterales, en la delantera intenta encajar a Griezmann para que vuelva a funcionar un tridente letal, participando con la dupla Messi-Suárez. En medio campo talentos jóvenes contrastan con experimentados de la talla de Vidal y Rakitic, sabia nueva también ha recalado esta temporada de la mano de Frenkie de Jong. La nueva perla culé, el hispano-africano Ansu Fati es la ilusión.
Los partidos sigue resolviéndolos muchos de ellos el talento de Messi y la contundecia de Suárez, pero ya la brillantez de antaño pasó a una mejor vida. Mucha gente añora a Neymar, pero esta claro que no se puede pretender un equipo que juegue y brille como el de hace una década, ni tenemos el entrenador ni sobre todo los jugadores que hacían posible dicho juego.
A este club siempre se le exige más y más como no podría ser de otra manera, más si cabe cuando en sus filas está el mejor jugador de la Historia.
LLegamos a final de año siendo líderes de Liga y Champions, aún así exigimos mucho más.
¿ Qué pediríamos para nuestro club el próximo año?
En cada uno de nosotros existirán deseos para que el 2020 sea inolvidable. Esperemos que así sea y se puedan cumplir.
¡Felicidades familia culé!
Néstor Nanni
Colaborador
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