El Barcelona está cambiando. Hace unos años, el centro del campo más brillante de la historia del club formado por Xavi, Iniesta y Busquets, dominaba tanto las competiciones nacionales , como europeas. No obstante, los años no pasan en balde e inevitablemente han modificado la fisonomía del equipo. Xavi fue el primero en salir del club, y más tarde, Iniesta se fue a Japón. Del mágico trío solamente queda Busquets y ya se huelen aires de cambio.

Un Barça sin Busquets era sinónimo de intranquilidad para el culé. Cuando el medio centro de Badia no jugaba, el Barcelona perdía el control de los partidos y normalmente, costaba más ganar. Era, por lo tanto, insustituible. Sin embargo, algo ha cambiado esta temporada. Busquets sigue sin estar como en sus mejores tiempos, pero principalmente, su descenso de minutos de juego se debe a la llegada de De Jong.

El holandés ha cautivado tanto a técnico, como afición desde el primer minuto y rápidamente, ha construido una gran sociedad con Arthur. Entre ellos son capaces de gobernar el centro del campo con mano firme. A ninguno de los dos les tiembla el pulso para sacar el balón desde atrás y, paradójicamente, están jugando mucho más verticales y cerca del área rival que nunca.

Otro motivo para que Busquets vaya perdiendo peso específico es la irrupción de Arturo Vidal. Muchos aficionados no vieron con buenos ojos la llegada del chileno, igual que pasó con el fichaje de Paulinho en temporadas anteriores. Es cierto que Arturo no tiene el tan valorado ADN Barça, no es el más fino estilista, pero ha sido capaz de darle al Barcelona un registro que no tenía. Su garra, su lucha y su presión incesante, se traduce en un mayor número de balones recuperados, y además, el chileno aporta remate y presencia en el área rival. Un box to box como dirían los ingleses, que combinado con el control que aportan Arthur y De Jong, completa un centro del campo muy competitivo.

¿Significa todo esto que Busquets tendrá un rol cada vez menos importante esta temporada?. No debería. Simplemente, Ernesto Valverde ha encontrado unas herramientas distintas que le aportan otro tipo de soluciones. Si el conjunto catalán quiere dominar el partido y someter al rival a fuego lento, a base de largas posesiones de pelota y una rápida circulación de la misma, el centro del campo será el formado por Busquets, Athur y De Jong. Si lo que se necesita es agitar el encuentro, o incluso remontarlo, Busquets le dará el testigo a Arturo Vidal.

 Y en los próximos años, ¿qué puede esperar el culé sobre el concurso de Busquets?. Pues el propio jugador dijo la temporada pasada que le quedaban dos o tres años al máximo nivel. De esta forma, y atendiendo a sus palabras, la evolución natural del equipo debe pasar por un De Jong más centrocampista, con Arthur y Aleñá como interiores, con Riqui Puig esperando desde el banquillo. Al pulpo de Badia se le echará en falta, evidentemente, pero tanto ahora mismo, como en el futuro, el Barça tiene las espaldas bien cubiertas.

Alejandro Montesinos @alejandroms1989

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