Tras la derrota del pasado sábado ante el Granada, el Barça encadena su peor inicio de Liga de los últimos 25 años, con 7 puntos de 15 posibles. El partido disputado en Los Cármenes, resume los problemas que viene acarreando el Barça fuera de casa, desde finales de la temporada pasada. Porque desde que el conjunto dirigido por Valverde ganara 0 a 2 al Alavés, el pasado 23 de abril, los culés no saben lo que es saborear la victoria lejos del Camp Nou. Unos datos que, para un equipo que quiere luchar por todos los títulos, son muy preocupantes.

Des de que el Barça perdiera en San Mamés en la primera jornada de Liga, hemos visto dos caras totalmente opuestas, en los partidos jugados como local y visitante. En el Camp Nou, el Barça ha endosado dos “manitas” a Betis y Valencia, desplegando un muy buen fútbol, y sobre todo en la visita de los ché, con un ritmo alto de circulación, buena asociación, movilidad, presión tras pérdida, intensidad y actitud. Mientras que lejos de la Ciudad Condal, el Barcelona es un equipo espeso, plano, sin profundidad y sin ideas.

A pesar de los dos buenos partidos del Barça en casa, vemos un equipo sin alma, y tanto Valverde, como los jugadores, son responsables de este pobre inicio de temporada. El Txingurri insiste en colocar a Sergi Roberto como interior, pero el catalán no acaba de encajar en esa posición, con una participación escasa en la creación, y desempeñando un rol más de llegador. Tampoco se entiende la suplencia de Arthur contra el Granada, ya que cuando el brasileño está en el terreno de juego, aporta más control y el equipo juega mejor. Además, su presencia en el partido habría sido de gran ayuda. Mientras que Sergi Roberto sigue deambulando por el campo y Rakitic es superado por De Jong, hay un chaval llamado Riqui Puig jugando en Segunda B. Un futbolista que ha demostrado estar más que preparado para jugar en el primer equipo, y que sus características se adaptan más al juego del equipo. Tampoco tiene explicación la situación de Aleñá: fue titular en San Mamés, Valverde lo sustituyó al descanso, y desde ese 16 de agosto, el de Mataró ha desaparecido de los planes del técnico extremeño.

Además, la actitud de Suárez y Griezmann, es para que en el próximo partido frente al Villarreal, empiecen en el banquillo. Tanto en Dortmund, como en Granada, ambos pasaron desapercibidos. Es cierto que el francés está jugando de extremo izquierdo, un rol muy distinto al que desempeñaba a las órdenes de Simeone, pero Griezmann tiene al menos que participar, entrar más en juego y tener más movilidad. Porque si las cosas siguen así, el “principito” va camino de ser Coutinho 2.0. Por su parte, Luis Suárez no está para ser titular, y pienso que la manera en la que más puede aportar al equipo, es entrando en las segundas partes, como ya demostró con sus dos goles al Valencia, cuando salió desde el banquillo.

Físicamente, el Barcelona deja mucho que desear. Es un equipo que juega al ralentí y que sale dormido al campo, encajando goles antes del minuto 10, mientras que el Manchester City es capaz de meterle cinco goles al Watford en apenas 15 minutos. No sé cómo acabará la temporada,ni que títulos ganará el Barça, pero si la dinámica no varía, los desastres de Liverpool y Roma volverán a repetirse.

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