Empezamos la Liga en Bilbao, una gran ciudad donde pasar unos días de vacaciones con la familia. Y allá llega el Barça, aún de veraneo. Cansados, sin aliento, sin chispa, con la soledad del mediocampo. El equipo azulgrana estuvo lleno de errores de contención, contundencia y de concentración. Todo entreñable, por supuesto, y también mejorable.

Obviamente, aún en la primera jornada, el Barça no debería llenarse de complejos de inferioridad, lo malo es que comenzamos con ilusión, y los primeros tres puntos no pudieron sumarse. Pese a todo ello, la primera derrota del año debería servirle al equipo como previsión para el futuro, y como toque de atención para no repetir ciertos errores. Esperemos sacar conclusiones favorables para lo que nos viene por delante, pues tenemos unos ingredientes buení­simos, y un cocinero que busca sus estrellas michelín. En Barcelona se sabe de sobras que bocados de fútbol gustan, y sobretodo, cuales de ellos nos hacen ganar. La receta es clara: llevamos unas temporadas experimentando con caviar y no ha gustado del todo el resultado conseguido. Retornemos a la receta del abuelo. Al ‘tac tac tac’. Exquisiteces para el paladar: Bilbao, ciudad de grandes restaurantes, y un buen sitio para aprender la mejor receta.

Esta será una semana de meditación y de buenos alimentos, en compañía de este Barça que vuelve a arrancar de cero.

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