El Barça logró remontar el 2-0 de la ida para conseguir su billete a la final de la Copa del Rey
El FC Barcelona desde hace años que constantemente se relaciona con una figura, la de Leo Messi, tanto para lo bueno como para lo malo. Si ganan es gracias a Messi, si pierden es culpa de Leo. Le quitan el mérito al cuerpo técnico y a los compañeros, aunque también les quitan presión, pero la cuestión es que la vuelta de la semifinal de la Copa fue una noche épica y Messi no acaparó los focos. El argentino contribuyó como siempre hace, pero ha dejado paso a que los aplausos se lo lleve todo el equipo. Esa es la mejor noticia.
Cada uno de los integrantes de la plantilla tuvo un papel, lo desarrolló lo mejor que pudo y salieron victoriosos. En todas las líneas el Barça brilló. Desde Ter Stegen parando el penalti hasta Dembélé metiendo un golazo, pasando por la genial actuación del resto del grupo. Porque eso fue el Barça, un grupo. Según la RAE, un grupo es una pluralidad de seres o cosas que forman un conjunto, material o mentalmente considerado. Frente al Sevilla, el equipo dirigido por Ronald Koeman fue un conjunto, física, mental y espiritualmente. No se rindió ni uno de los que estaba en el campo y, seguramente, ninguno de los del banquillo o de la grada.
Es frustrante que haya muchas ocasiones donde no se ve ese espíritu de equipo, de todos a una, de creer hasta el final o de deambular perdidos por el campo cuando aun queda una hora de partido por delante o ni siquiera llevan diez minutos jugando, pero ayer no fue una de esas veces. Lo que se le demanda al Barça es que siempre reaccione así ante las adversidades, no remontando, sino luchando.
Si tienen que caer, que sea así, con entrega y sacrificio hasta el pitido final. Lo que hace un equipo que está unido es luchar codo con codo hasta que no se pueda más, pero hasta que no se acaba el partido siempre se puede hacer algo más, parecía que el Barça no entendía eso hasta esta temporada donde la Copa del Rey le ha demostrado que, como dijo el “Cholo” Simeone, “si se cree y se trabaja, se puede”.
No importa si caen en Champions frente al PSG mientras den guerra en la vuelta, porque de eso se trata, de dar guerra. De que los aficionados digan “Mi equipo ha sido eliminado, pero han puesto contra las cuerdas al rival, lo han dejado todo”. Si ahora mismo el conjunto culé está en la final de la Copa del Rey y a cinco puntos del Atlético de Madrid, líder de La Liga, es porque se están empezando a comportar como un grupo y si juegan como un grupo, tienen más opciones de lograr el éxito.
Joan Hernández
Colaborador
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