El pasado 20 de enero, Ronald Koeman se reunió en las oficinas del club con los tres candidatos a la presidencia del FC Barcelona Toni Freixa, Víctor Font y Joan Laporta para expresar su planificación de altas y bajas en este mercado invernal. El técnico neerlandés tiene claro cuáles son sus dos objetivos: el central del Manchester City Eric García y el delantero del Olympique de Lyon Memphis Depay.

Consciente de la difícil situación económica que atraviesa el club, Koeman se mostró cauto en sus pretensiones y reconoció aceptar la postura del club al respecto de sus peticiones. “No soy el que tiene que mandar en decisiones económicas en un fichaje. Si el club piensa que no es posible, pues no es posible”. De los tres candidatos, el técnico azulgrana sólo encontraría un aliado en Víctor Font, quien sí considera el fichaje de Eric García “una inversión pequeña y que debería ser posible a pesar de las dificultades que atraviesa el club”.

Joan Laporta y Toni Freixa, en cambio, se mostraron reticentes a traer ahora al central del City, en un acto de sentido común y de cordura sabiendo que el jugador puede llegar en junio a coste cero. Una renuncia necesaria en un momento de crisis sin precedentes. Las deudas a corto plazo superan los 300 millones de euros, y la tesorería del club acumula un fondo de maniobra negativo de más de 600 millones. Los entrenadores de las categorías inferiores fueron puestos en ERTE en el mes de enero, con un recorte de su salario cercano al 50%, el segundo desde que en el mes de abril del año pasado se aplicó una rebaja importante de los sueldos de los deportistas de las secciones.

En un contexto tan desesperanzador en lo económico, habría que preguntarse si es ético pensar en pagar 5 millones por un futbolista mientras hay trabajadores cobrando menos de la totalidad de su paga. Porque lo que antes no suponía un gran esfuerzo de inversión para el club ahora es una losa difícil de sustentar en el tiempo. Los 5 millones de ahora son los 130 de antes. Y si Víctor Font cree que es tan necesario traer a Eric García en invierno, que haga un ejercicio de conciencia fuera de su burbuja de patrimonio y piense antes en los aficionados y en los trabajadores del club.