Lisboa nos espera, se corre el telón de un año que nos recuerda: bisiesto, para aquellas personas de fácil sugestión a tener cuidado…y ¿la verdad que hasta ahora? ¡Sí que se las trajo! Tenemos tan presente a la noche vieja 2019 y al comienzo de este 2020, abrazos, festejos, buenos deseos, para al poco tiempo tener esta debacle que padece la humanidad.

Llega a todas las actividades y a todos los rincones de este bendito planeta, sí que estuvo acorde al sentido global. La Champions Ligue no pudo quedar al margen, atípica, breve, directa, ya entra en etapa de definiciones. Marginados de este “mundialito” de clubes, equipos grandes del viejo continente como la Juventus y Real Madrid marcan la diferencia en ese aspecto.

Un detalle significativo para un jugador de élite: Cristiano Ronaldo, competidor nato, con ese egoísmo deportivo que trasciende fronteras, no podrá disfrutar en su casa, la posibilidad de levantar tan ansiada copa. Y quizás lo peor para él, eterno rival allí compite con posibilidades ciertas para el FC Barcelona. El transcurrir de los días (y los partidos) darán su dictamen.

En lo estrictamente futbolístico, el armado del primer equipo que enfrentará al Bayer Munich, Quique Setién tiene la palabra y las decisiones. Podríamos aventurar la salida de Iván Rakitic, el ingreso de Sergio Busquets, las dudas por un Antoine Griezmann de más que bajo rendimiento, un Arturo Vidal candidato a un segundo tiempo, y no mucho más.

Y una gran incógnita a estas alturas: ¿cuál es la situación real de Ousmane Dembélé?: ¿estará en condiciones de reaparecer?

Debemos tener presente que de acuerdo a como se presente el encuentro, Ansu Fati y Riqui Puig pueden ser determinantes en movilidad y ataques punzantes a la última línea alemana. Siempre esperando (y deseando) tener a mano y disponible a un Lio Messi pleno.

Quizás para los jugadores de más años, sea sumamente beneficioso un torneo de estas características: rápido, en pocos partidos la final. Solo es de esperar que no caigan jugadores blaugranas producto de estos malditos contagios.

Visca Barca!