Era un noche importante, y se notaba. Los niños, nerviosos en las cercanías del Palau, connotaban el presagio de una noche importante. De fondo, tal y como una banda sonora, las predicciones constantes reinaban las conversaciones de los aficionados del baloncesto… “Hoy sí, hoy debuta”. Era una noche importante. Histórica, se podría decir. Hoy, después de catorce años, el niño prodigio volvía a casa. Su gloriosa estancia en tierras americanas había llegado a su fin, y el chico de flequillo negro, flaco y talentoso que volaba años ha hacía la NBA con el objetivo de triunfar, volvía a entrar por las mismas puertas con todas sus metas cumplidas. Jugador de época. Ídolo de muchos. Leyenda del baloncesto del país. Hoy, Ricky Rubio, volvía a jugar con la camiseta del Barça.

El cuarto empezaba nervioso. El Mónaco, estuvo buscando constantemente a Mike James para que este logre su récord (Hoy el americano, si lograba hacer más de 29 puntos, se convertía en el máximo anotador de la historia de la Euroliga) pero a este no le salieron las cosas. En cambio, el Barça, jugando con la incertidumbre de los franceses, aprovechó sus desequilibrios en defensas y, con un buen juego combinativo, consiguió hacerse con 8 puntos de ventaja a los 4 minutos (12-4). El partido se calmó durante lo que restaba de cuarto, con un ritmo más lento y la anotación compartida entre ambos equipos. Los 10 primeros minutos dejaban el luminoso con los locales 8 arriba de la mano de Laprovittola y Vesely (20-12).

Aunque los monaguescos consiguieron empatar el partido en el segundo tiempo (23-21 en el minuto 3 del segundo cuarto) y el encuentro ya auguraba un ritmo frenético en lo que iba a restar de partido, la notícia no residía ni en la puntuación, ni en el tiempo. El de Masnou, con su pasmosa tranquilidad, se preparaba en el banquillo para recibir la ovación más grande de su carrera. Ricky Rubio rebentaba los decibelios del Palau con su primera pisada en el parqué, en un canto unísono de vítores y elogios dónde los oídos más sensibles de la grada tuvieron que salir del recinto. La aclamadora salutación del público culer ilusionaba al mismo Ricky, que pese sus nervios de debut en las dos primeras jugadas, se supo soltar y dar lo mejor de sí para el equipo hasta su vuelta al banquillo, dejando la buena cifra de sus primeros dos puntos y dos rebotes, habiendo tapado notablemente a nada más y nada menos que al AllStar Kemba Walker en el otro lado de la cancha. El partido, tras la sustitución del recién llegado, seguía con su tónica de buen juego en ambos equipos. El margen en el marcador era mínimo y parecía que ninguno de los dos iba a ceder puntos. Vesely culminaba el cuarto con un mate de “Highlight” que levantaba al Palau. Dos arriba el Barça con 20 minutos por delante (35-33).

El tercer cuarto empezaba muy flojo para los blaugrana. Willy Hernangómez, seguía en un estado preocupante. En sus minutos se mostró lento, aún sin estar ubicado en ataque y extremadamente flojo en defensa. Parece que sus actuaciones siguen sin mejorar en los días importantes. Hall, anotaba jugada tras jugada en la zona, hasta seis puntos consecutivos en los últimos minutos de cuarto. Willy aún lo sigue buscando. A falta de dos minutos Ricky Rubio motivaba al equipo con un dos más uno que levantaba al Palau, y posteriormente arengando a los compañeros, mostrando su liderazgo en pista en el día uno de su vuelta. Aún así el resultado preocupaba en los aficionados del Palau, viendo como los suyos cedían 25 puntos a los monaguescos en 10 minutos con un seguido de malas defensas y un juego poco acertado. Un cuarto para decidir el partido entero, con el equipo liderado por Mike James nueve arriba. (51-69)

El último cuarto empezaba con el mismo Barça del tercero. Sin ideas, tan sólo tirando de individualidades, a lo contrario que el Mónaco, que estaba aprovechando todos los espacios y desajustes que encontraba en la defensa blaugrana. El equipo, que parecía darle absolutamente igual cómo terminase el resultado, tiraba el partido en los últimos diez minutos, sin ningún destello de esperanza para remontar el partido. El Palau, que andaba apagándose, no pudo ver la anhelada victoria en el debut de Ricky, tan sólo una mala actuación colectiva en la segunda parte en uno de los partidos más importantes del curso. (67-77)

Share This