Así fue que, la familia blaugrana despertaba ansiosa para ver el partido de hoy. La jornada de viernes amanecía después de un duro encuentro que terminó en derrota contra la Virtus este mismo miércoles. Con el fatigoso trance que supone el paso del vuelo después de jugar, el Barça se enfrentaba tan solo dos días después, sin apenas tener el mero placer de rozar la almohada, contra un mito de la liga Europea, el Fenerbahçe de Istambul, que cuenta con dos antiguos compañeros que fueron agradecidamente aplaudidos por el Palau; el base Calathes y el pívot Sanli.

El primer cuarto fue, si más no, alborotado. El balón corría, nervioso, por manos de los jugadores. Aunque el Barça conseguía ser el equipo más sereno, dentro de su habitual rapidez, el constante ida y vuelta no les dejaba escaparse en el marcador. El checo Vesely estaba aportando seriedad en ambas facetas del juego, pero Wilbekin y Dyshawn, abiertos desde seis metros, conseguían controlar el luminoso a base de tiros. La entrada de Sanli supuso para los turcos un punto de control, un hombre que puso los pies en el suelo a los suyos anotando un tiro de tres y provocando grandes acciones defensivas. Se cerraba el cuarto con un triple de Wilbekin, que mandaba los suyos tres arriba. (16-19)

El segundo cuarto, en cambio, cogió una tónica muy distinta. El conjunto turco, cómo si por arte de magia, los usuales Gatorades que los jugadores toman en los banquillos se hubiesen convertido en una especie de pócimas mágicas de un cuento fantástico con superpoderes efímeros y potentes, que les dieron fuerza para anotar con una pasmosa facilidad desde el tiro abierto. Madar, Biberobic, Dorsey y Nigel Hayes-Davis anotaron entre los cuatro 15 puntos (!) de tres en menos de diez minutos. El conjunto culer estaba firmando, con diferencia, el peor segundo cuarto de la temporada europea en el Palau. Sin capacidad de reacción, ni ideas ofensivas, ni, al parecer, un ápice de ganas de sacar el partido adelante, los culers cerraban el cuarto doce abajo, habiendo encajado 50 puntos en 20 minutos. (38-50)

Después del descanso, el Barça parecía ser otro. Más sólido, constante y eficiente consiguieron remontar la distancia en el marcador a base de jugadas rápidas y buenas defensas. Aún así, los turcos no se daban por vencidos. Continuaban con su buena anotación, aunque no como en el cuarto previo. De la mano de Willy y Vesely, se aconseguían dos parciales claves que ambos tuvo que aturar el entrenador Itoudis, que perdía los nervios viendo como momentáneamente, su ventaja se esfumaba. En los últimos dos minutos, el partido volvió loco. Dos majestuosas defensas del Barça terminaron en contraataques que culminaban Jabari y Vesely para recortar la distancia a uno en el marcador. La última la tuvo Lapro, que no anconseguía acertar un triple bombeadísimo sobre la bocina. (63-64)

El final de partido auguraba ser frenético, agonizante. Sin embargo, los turcos no contaban con el factor “Laproshow”, que en menos de un minuto anotaba un 2+1 y un triple que encendía el Palau y mandaba el Barça cinco arriba en el marcador. Los azulgranas, consiguieron mantener una constante anotación ofensiva, pero los de Istanbul no se descolgaban del resultado. Tras dos infracciones de pie muy discutidas por un público encendido, el Fenerbahçe se ponía cuatro abajo a falta de dos minutos y treinta y tres segundos para el final. Tras un minuto de ida y vuelta, Vesely forzaba dos tiros libres para alejarse a cinco en el marcador. En la siguiente acción, Satoransky robaba un balón importantísimo en medio campo para acabar solo en contraataque, poniendo los suyos a unos complicados siete arriba a falta de un minuto eterno para la bocina. Anotaba de dos el Fenerbahçe pero, a falta de 42 segundos, Laprovittola anotaba un tiro abierto magistral que sentenciaba el partido y levantaba a toda la afición acompañado de un grito de jolgorio unísono. Vesely culminaba un mate que cerraba el partido. (89-81).

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