El joven canterano, que entró en sustitución de Raphinha en el minuto 37 de la primera parte frente al Sevilla, cuajó un gran partido apareciendo prácticamente por cualquier lado del terreno y dejando destellos de gran calidad. 

Tras ser el gran salvador en Mallorca, ante el cuadro hispalense brilló al sustituir al brasileño y pide a gritos  la titularidad ante las bajas de Frenkie de Jong y Pedri. El andaluz continúa  sorprendiendo a la vista de todos los aficionados culers y cada vez se le ve mucho más  cómodo y asociándose con sus compañeros a la perfección. 

El míster azulgrana lo posicionó de “8” con libertad de movimientos y tuvo la habilidad de leer de manera inteligente por donde moverse para poder estar más cerca de poder  ganar el choque contra el conjunto sevillista que no pudo frenarlo de ninguna manera.

Su fantástico crecimiento a nivel físico le ha permitido aumentar registros en su juego  y se ha convertido en un jugador total. El Fermín actual pide paso con un fútbol intenso, técnico, pasional, brillante y con unas capacidades fantásticas para jugar en el famoso  ‘cuadrado’ que habla Xavi en cada rueda de prensa. 

Sin duda, frente al Sevilla regaló su mejor actuación hasta la fecha como ‘barcelonista’ y está aprovechando cada oportunidad que le está brindando. A base de lucha y jugadas creativas inverosímiles, su aportación a la sala de máquinas sumó con creces en cada  acción. 

Poco queda realmente de aquel chico que llegó a la Masia en el 2016 a la ciudad condal  para formarse como futbolista pero también como persona. Ha sido un ascenso meteórico al alcance de muy pocos y gracias a su perseverancia de querer triunfar como  blaugrana le ha ayudado a que actualmente se haya ganado un hueco en la plantilla del  primer equipo. 

Su descaro juvenil quedó plasmado en el campo y mostró algún que otro detalle propio de Andrés Iniesta con un control orientado y media vuelta de lujo dentro del área chica. Fue de los que más intervino con 47 toques de balón y una efectividad de casi el 90 por ciento. 

El jugador nacido en El Campillo contagia entusiasmo, ganas y energía positiva a  raudales. Se está ganando el corazón de los culés y es ya de los favoritos de la afición. Xavi apostó muy fuerte por él y claramente ha acertado, su rol de revulsivo está siendo  un componente clave en los últimos encuentros en el Barça. 

Con Lamine Yamal está empezando a tener una gran conexión y a entrelazar una sociedad que va a dar mucho que hablar. Ambos se buscan con frecuencia y en la  mayoría de ocasiones casi siempre encuentran.

En el fútbol base nunca fue un titular fijo en los esquemas tácticos de sus entrenadores, y bordó a las mil maravillas este rol de jugador número doce saliendo desde el banquillo. Veremos si su crecimiento nos depara que pueda tener un papel mucho más protagonista, el tiempo dictará sentencia.

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