El pasado domingo el FC Barcelona se proclamaba campeón de liga tras vencer por 2 goles a 4 en Cornellá frente al Espanyol. Una gran noche para los culés que llevamos unos años con escasez de títulos y de alegrías en general en lo que al primer equipo de fútbol masculino se refiere.

Desgraciadamente, un importante número de seguidores blanquiazules no soportaron que los jugadores del Barça celebraran tan importante éxito y desde uno de los fondos iniciaron una invasión de campo y corrieron a agredir los jugadores y técnicos blaugranas que celebraban con el tradicional corro en el centro del campo la 27º Liga sin provocar en ningún caso algo que pudiera conducir a semejante reacción. Afortunadamente solo hay que lamentar daños materiales y algunas heridas leves por golpes o lanzamientos de objetos entre la seguridad del estadio y las fuerzas policiales.

Como no podía ser de otra manera, son muchos los que restan importancia a estos hechos o acusan a los que huían para no ser agredidos de provocadores, como el impresentable del señor Collet que pide poco menos que la cárcel para los malvados culés. No es el único que dice que los culpables de lo sucedido son los jugadores, unos pocos cavernícolas lo son tanto, que por criticar al Barça se apuntan a un bombardeo…Lamentable. Además, en las últimas horas aparecen informaciones que apuntan a que el Espanyol no será sancionado en lo que resta de temporada, el castigo, de producirse que ya hasta lo dudo, sería para la próxima temporada. No hay que olvidar que los pericos están al borde del descenso y jugar a puerta cerrada sería catastrófico.

Iremos por partes. En primer lugar, hay quien habla de un cierre parcial del estadio, en concreto el fondo de donde salieron los energúmenos a buscar agredir a todo aquel que se interpusiera en su camino, jaleados por miles de aficionados que cantaban aquello de ´´a por ellos oe, a por ellos oe´´. Los que cantaban estaban por todo el estadio, no solo en el fondo, el que tiró la cámara de tv salió de la zona de tribuna, el individuo que se paseaba con un casco de moto bajo el brazo supongo que entro después de finalizar el partido, ¿o es que se puede entrar a un estadio con casco de moto? Por lo tanto, todo lo que no sea un cierre total del estadio y una importante sanción económica me parece que es blanquear la violencia, y el RCD Espanyol hará bien en identificar a estos impresentables y echarlos para siempre de su estadio, para que las decenas de miles de aficionados españolistas, es decir, la mayoría, que se comportaron de 10 antes, durante, y después del partido, acudan cada jornada a su ´´casa´´ con la tranquilidad que merecen.

Por otro lado, a los que dicen que los jugadores del Barça provocaron al celebrar el ganar el título de liga, que hacemos entonces, ¿prohibir celebrar los goles a los equipos visitantes? ¿cuándo se ganen títulos que se celebren dentro del vestuario? Recordarles que hace unos años el Atlético nos ganó una liga en el Camp Nou con un gol legal de Messi anulado que nos hacía campeones y nadie intentó agredir a los atléticos por celebrar ganar el título más importante de todos los que se disputan.

Resulta increíble que los señores Tebas o Rubiales nos vendan la Liga y el fútbol español como un ejemplo para el resto del mundo, y el señor Valverde le puede pegar a traición un puñetazo a un rival en el parking del Bernabéu y ni se le sanciona ni se espera que se le sancione, y se pueda invadir un terreno de juego a agredir a unos futbolistas, y ya si eso la temporada que viene le cerramos un par de partidos ese fondo, como si los energúmenos no pudieran comprar entradas del otro fono u otro lado. Seguro que el Cádiz, Almería, Valencia, Getafe o Valladolid estarán contentos de que se cumpla la sanción la próxima temporada.

Por último, me parece maravilloso que se critique y persiga a todos aquellos seres que lanzan insultos homófobos, machistas o racistas en los estadios y pabellones, es intolerable además de despreciable, pero tampoco es agradable que se acuerden de la madre de uno, o de su hijo, o de su mujer, por el simple motivo de jugar en un equipo rival, a veces hasta en el mismo equipo del que esta gente son seguidores, y eso pasa en todos los estadios del mundo, yo que jugué al fútbol sala y al rugby en categorías regionales lo he vivido en mis carnes, y no es agradable. Hay que decirle a la gente que el pagar una entrada para ver un partido, no da derecho a insultar, no está incluido en el precio, y no son gajes del oficio de los jugadores, nadie tiene que verse obligado a sufrir ese tipo de situaciones, ni de tu equipo, ni del rival. Es importante que, desde todos los ámbitos, dejemos de normalizar el insulto, porque a cada cual le duele lo suyo, y al no condenar determinados insultos, blanqueamos otro tipo de violencia, la verbal.

Para terminar, creo que por lo que tenemos que pelear entre todos, es en normalizar que una persona pueda ir a un estadio a ver un partido con la camiseta de su equipo, juegue o no en su estadio, y en respetar los gustos de los demás del mismo modo que los demás deben respetar los nuestros, está claro que siempre hay tontos que intentan provocar o burlarse de los demás, pero de esos hay en todos los equipos, por eso en lo que debemos trabajar juntos es en echar a los intolerantes y provocadores de los estadios para que no se vuelvan a vivir nunca situaciones tan lamentables como la vivida el pasado domingo, porque antes o después sucederá una desgracia y alguien perderá a un padre, madre, hijo o hija que lo único que quería era ir a ver un partido de fútbol. Ahora está muy de moda que los clubes impidan que seguidores del equipo rival acudan al estadio con simbología del equipo visitante para evitar altercados siempre que no se sitúen en la zona reservada a la afición visitante, me parece un error, creo que a los que no hay que dejar que entren a los estadios es a aquellos aficionados que no toleran que alguien pueda acudir a ´´su´´ estadio con camisetas o banderas del equipo visitante. Con la violencia, tolerancia 0, venga de quien venga.

 JOSÉ MIGUEL BARRETO DE MORA

 @Mbarretodemora