La Real fue un reto mayúsculo que no dejó respirar a las de Jonatan Giráldez ni medio segundo

Un Barça invicto y líder recibía a una Real Sociedad lanzada después de su victoria liguera contra el Levante las Planas, queriendo arrebatarle los primeros puntos por la lucha en la parte superior de la tabla. La primera cara del partido, antes del inicio, con Aitana y Mapi recibiendo una camiseta que las acreditaba con 200 partidos como blaugranas. Pero pronto, esas sonrisas dejaban paso a la tensión del encuentro.

Arrancaba el partido con el susto en la grada con la aparente lesión de Aitana, que quedaba en nada. Un espejismo que el Barça viviría en toda la primera mitad. El partido de las locales pasaba por el engranaje que Jonatan y las suyas tejieron por dentro. Un doble pivote con Patri y Walsh replegando defensivamente y en primeras acciones de creación, que se desarticulaba para lanar a la ‘12’ en una altura más ofensiva, conectando con Aitana Bonmatí.

Para lanzar, Salma y Oshoala eran las referencias para recibir arriba, para abrir espacios y dejarle todo el tiempo del mundo al cerebro de este equipo; Aitana Bonmatí, Claudia Pina o Patri Guijarro. El factor contra el que tuvo que luchas el Barça, el marcaje individual y la presión alta sobre centrales y primera línea de creación. La de Natàlia Arroyo salieron sin complejos a hacerle la vida imposible a un Barça que sufrió para sacar el balón jugado. Mapi no dividía, Aitana no generaba ventajas y el Barça no movía el balón con la facilidad habitual.

Franssi y Jensen picaban al espacio entre central y lateral hundiendo a una defensa, más incómoda de lo normal. La responsabilidad para dividir en salida pasó de Mapi a Sandra, que tras una charla con un Jonatan que pisaba el campo para atajar los problemas, superó el bloque alto vasco abandonando la trampa por dentro y lanzando a conducciones exteriores. El Barça en velocidad y físico en duelo, se encontraba mucho más cómodo.

Aún con esas, al 43’ el Barça seguía sin tejer y la Real rompía el entramado culé, con un gol de Le Guilly que culminaba un contraataque de manual, cruzando el balón de manera imposible para la guardameta culé. El Barça no solucionaba sus problemas, y la Real los engrandecía. Con esto, las de Jonatan Giráldez se iban a vestuarios con un Estadi Johan Cruyff que no las tenía todas consigo.

Jonatan salía en la segunda mitad con otra cara completamente diferente, con cuatro cambios en el descanso. Entraban Crnogorcevic, Mariona, Rolfo y Geyse, para sustituir a Pina, Salma, Oshoala y Nuria Blanco. Cambios notorios en un ataque que propusieron velocidad. Abandonando el habitual estilo con un bloque de posesión alta, el Barça aceleraba a la mínima de cambio con una Fridolina Rolfö, que se adueñó del carril izquierdo. También Mariona como referencia fija en la frontal empezó a aportar estabilidad a las posesiones de un Barça que se crecía al ritmo de la grada.

Pese a no haber un cambio de sensaciones excepcional, el Barça supo escapar de su propio campo para jugar en el rival. Rolfö, Mariona o Geyse se salían en los duelos, y al final la insistencia tuvo su premio. Al minuto 63, Marta Torrejón anotaba el primer tanto para el Barça, cazando a media vuelta el rechace de un centro espectacular de Mapi León. El Johan se crecía y creía en la remontada.

Sin embargo, la Real no le perdió la cara al partido. Insistiendo en el duelo físico, no tenían nada que perder por ese camino. Sí en velocidad y técnica. Lucy Bronze salía por Codina con un Jonatan Giráldez al que no le salieron bien las rotaciones iniciales, en busca de retomar las buenas sinergias que sí tienen las más titulares. El problema se seguía dibujando: el Barça dejó de tener un partido que cambia su juego, sino que rotaba por el duelo en global. Un Barça en el centro de las miradas, pero en un real tú a tú por primera vez en la temporada.

La Real asediaba desde el balón parado y el Barça resistía algo desesperado, con una Mapi León que tenía que sacar un balón sobre la línea al minuto 80. El partido se embarró, y el Barça lució experiencia. Otro córner fabricaba el segundo del Barça, que tras un envío al segundo palo de Mapi León, cazaba Lucy Bronze para volver a mandarlo al fondo de las mallas. El Barça respiraba con envíos al segundo palo que se le dieron una victoria trabajosa.

Con todo, el Barça ganaba un partido en el que demostró saber sufrir, competir y evolucionar durante los encuentros, para poder así derrumbar un muro que se presentaba como un reto mayúsculo. El Barça vuelve a dar otro golpe sobre la mesa con una liga, cada vez más suya.

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