El Barça superó estoicamente a un Osasuna con superioridad numérica, en un partido manchado por la actuación arbitral que deja a los azulgranas a 5 puntos de ventaja del segundo clasificado.

Todos sabíamos que iba a ser un partido difícil. Pero no sabíamos que se complicaría tanto.

Los azulgranas empezaron poco acertados. Busquets, perdió un balón clave, que el Osasuna no supo aprovechar en la frontal del área. Aún así, en el córner que ocasionó esa misma jugada, David García remató a placer en una jugada repleta de polémicas. Ahí empezó el “Manzano Show”, dónde el cuadro arbitral encadenó mala decisión con otra. Marcos Alonso fue voluntariamente derribado en esa misma ocasión y el VAR, sorprendentemente, no quiso entrar y dió el gol por válido. 

Después de esto, la primera parte del Barça fue una secuencia de catastróficas desdichas. Lewandowski provocó su segunda amarilla en el 31’ de partido, en una acción no propia de un jugador cómo él. Fue un grave error del polaco, que entró bruscamente a David García sacándole el brazo en la cara. Esto dejó a los suyos con 10, que intentaron manejar el juego desordenadamente y buscando ese punto de suerte que igualase el marcador. Esa suerte estuvo a punto de llegar. Un balón colgado por Jordi Alba que remató Ferrán de espuela en un disparo desde cerca e imparable para el portero, que entró finamente raso por la derecha del meta, con el infortunio de que el español estaba ligeramente adelantado y el gol no subió al marcador.

En el descanso, Piqué fue a pedir explicaciones a Gil Manzano por sus varios errores y, dentro de una conversación que aún no conocemos, el colegial le enseñó la roja, así despidiendo, definitivamente, al Catalán como futbolista. 

Aunque parecía muy complicado, el Barça se despertó en el medio tiempo y al minuto 47, los culers anotaron en un centro de Alba que caía en los pies de Pedri, después de un rebote dentro del área que envió el balón al fondo de la red. El resto de la segunda parte fue un partido desordenado y rápido, mareado por las desastrosas decisiones del cuadro árbitral. Hubo ocasiones en ambos equipos y el partido no se desatascó, hasta que en el minuto 80, Frenkie filtró un magnífico balón colgado entre líneas que Raphinha remató con la cabeza por encima del portero, dando así tres puntos de oro para cerrar el primer ciclo del Barça esta temporada en una victoria dura y trabajada.

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