Un F.C Barcelona impotente se cae de la Europa League con un Camp Nou irreconocible

El Barça ha empezado perdiendo el partido en la grada y lo ha acabado perdiendo en el césped. Tanto los casi 30.000 hinchas del Eintracht como los propios jugadores alemanes han sido los mejores de esta cita europea.

Pésimo comienzo

Cuando en el Camp Nou se ha silbado el himno culé, y Eric García ha cometido un penalti de categoría infantil en el minuto 2 de encuentro, ya se olía que algo iba mal. Un doble batacazo cuando aún los jugadores no habían ni entrado en calor. Aunque, en el caso del Barça, iban a tardar bastante más.

Hasta tal punto que, con el paso de los minutos, los “locales” se han enfriado cada vez más y los de Frankfurt han ido cogiendo con más fuerza la sartén por el mango.

Un Barça muy inocente

Lo peor es que los de Xavi no han dado con la tecla en ningún momento. Sus jugadores la pedían constantemente al pie, no trazaban desmarques de ruptura, era todo previsible y sus estrellas han pasado más que desapercibidas. Que Pedri y Busquets hayan estado entre los jugadores con menos participación del equipo en la primera mitad, da mucho que pensar.

Apenas Dembélé ha sido el único que ha abierto algún resquicio en un plan de Oliver Glasner que terminaría por funcionar. Un bloque medio-bajo, muy compacto, pero muy agresivo en los balones divididos (los han ganado casi todos) y muy mordiente, en cuánto el Barça daba un pase hacia atrás. Y es que el sector derecho con Mingueza y Araújo era un caramelo para los niños alemanes.

‘Gatillazo’ en las áreas

El club catalán ha perdido la batalla del juego, pero en las áreas es donde ha perdido la guerra. Porque el Eintracht ha dado en la diana con las dos balas de Kostic y el misil de Borré, pero es que el conjunto azulgrana ha desperdiciado el único cargador que tenía hoy.

Las dos ocasiones clarísimas que ha fallado Aubameyang, el gol anulado a Busquets, el par de remates a bocajarro de Araújo y hasta cómo ha entrado el penalti de Memphis, han dejado claro que este no era un día de alegrías en Can Barça.

Han quedado claras dos cosas: que el noveno de la Bundesliga le ha metido tres goles al Barça en su casa, y le ha ocupado medio estadio, pero que el equipo de Xavi, al final, ha sido capaz de reaccionar y de mostrar un orgullo, que en anteriores debacles europeas ni se dignó a aparecer

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