Primera debacle: Roma 2018. Síntomas evidentes de que había que realizar cambios importantes en el equipo, por duros que fueran. No se hizo nada. Se optó por señalar al tímidamente al entrenador. Liverpool al año siguiente. No solamente  ese partido, sino lo mostrado toda la temporada y como colofón la desastrosa final de Copa del Rey. Se cayó de nuevo, en los mismos errores. Tras el partido ya se habló de revolución en la plantilla (totalmente necesaria) y cambio inmediato de entrenador. Tampoco se hizo nada. Y este año como en los toros, al tercer aviso, el toro al corral (Barcelona 2- Bayer Munich 8). Con semejante resultado, cualquier equipo de segunda fila no hubiera permitido, ni subir al autocar de vuelta, a los protagonistas de tal bochorno. No había otra solución que tirar todo el edificio en ruinas y construir uno nuevo. Somos el Barcelona y con todo lo ocurrido estos últimos días parece que lo hemos olvidado. Como dirían los psicólogos la mente humana tiende a borrar los traumas.

Que ya no se actuara de inmediato y se dejaran las decisiones para el lunes, ya fue un signo de que se buscaba enfriar, para luego, no actuar. En una institución de la importancia del Barcelona se debe poder tomar una decisión los trescientos sesenta y cinco días del año, las veinticuatro horas.

Por ello ha llegado ineludiblemente la hora de señalar con el dedo hacia el terreno de juego. Lo de más arriba está ya, más que señalado, aunque todavía no muerto y enterrado.

Si observamos la columna vertebral del equipo, en cada una de las ocasiones que hemos mencionado,  aparecen los mismos nombres, que a la postre, cuentan con un año más. Ya no eran niños, la mayoría de ellos, en 2018. Lamentablemente en todas las fotos nos aparecen, nada más y nada menos que  Leo Messi, Sergi Roberto, Jordi Alba, Busquets y Piqué. En tres (las de Champions) Suárez que se operó/borró  antes de la final de la Copa del Rey, Ter Stegen y Lenglet. Semedo y Rakitic en tres contando la final de Copa. Coutinho y Vidal aparecen en dos ocasiones. Observamos que en ningún caso era una alineación de circunstancias y ello evidencia que se deberían haber tomado medidas de importancia ya hace tiempo. Jugadores testimoniales, solo han sido Iniesta, que marchó ese 2018, Umtiti que solo jugó el partido de Roma, Arthur, en el de Copa y De Jong que hizo lo propio en Lisboa. Las sustituciones que hubieron apenas fueron testimoniales. Y un último apunte, la acción lamentable de Setién de sacar al campo a Ansu Fati, con la que estaba cayendo y sin ninguna posibilidad ya de remontada. Ello nos da la justa medida del calibre de un entrenador que ni en sus mejores sueños, se hubiera visto entrenando al F.C. Barcelona.

Pues bien, parece ser por lo que se ve, a pocos días ya, del estreno liguero que todo volverá a ser igual. De cambios estructurales nada. ¿A qué esperan? ¿Qué será lo próximo después de lo del Bayer? El problema que tenemos los culés, es que olvidamos muy pronto y si hay jugadores que hubiéramos crucificado hace tiempo, si nos dejan enfriar el asunto hábilmente, por parte de los dirigentes,  los acabamos viendo hasta como grandes bazas para el equipo. Quizá ahí tenemos que aprender y hacer autocrítica. Haciendo lo mismo que las últimas temporadas, vamos a obtener lo mismo. O seguramente peor. Si es que no hemos tocado fondo ya.

¿La revolución quedará en las bajas de Vidal, Rakitic y alguno más a quien le cuelguen las culpas, sin tenerlas?  ¿Esa era la solución…?

Leo Messi, en una entrevista dice que “se queda”. Que no quiere una guerra jurídica con el club de su vida. Lo entendemos y lo agradecemos. No hay que olvidar no obstante que no hay ningún club que se atreva a ficharlo debido a las consecuencias jurídicas que puede haber, que no están nada claras. Veremos cómo estará anímicamente y que aportará al equipo. No es la mejor solución en un club como el Barcelona tener a alguien que no quiere estar. Alguien que con la que estaba cayendo y después de toda una vida, manda un burofax al club diciendo que quiere irse.  Me viene a la cabeza en estos momentos, mientras escribo, la despedida de Banega en Sevilla, donde en comparación ha estado dos días. Tomen nota.

Lo de Suárez ya es de traca, desde el año de la derrota en Roma que no está a la altura y, ¿cuántas temporadas ha estado sin marcar fuera en la Champions?. Volviendo al equipo de segunda fila; solo por eso seguramente hubieran prescindido ya de sus servicios. Nosotros no. ¿Hacía falta la esperpéntica llamada de Koeman? Porque parece que el neerlandés le ha comunicado ahora que en caso de no salir cuenta con él. ¿Qué criterio seguimos? Tiempos aquellos… en que entrenadores como Cruyff (vaya por delante que para nada soy cuyffista) dejaban en la grada, ante el asombro de todos, a cualquier jugador por solera de apellido que atesorara. ¿Entienden ahora el por qué? Por lo menos sabíamos quién mandaba. ¿Lo sabemos ahora?

Busquets y Jordi Alba, por su parte han optado por la prudencia y en tiempos de tempestades se han puesto a cubierto, sin llamar la atención. Han sido enormes jugadores, nos han dado muchísimo, pero con todo el dolor debemos reconocer que su tiempo ha pasado. Su reloj quedó parado ya, aquella noche de abril en la capital italiana.

El caso de Sergi Roberto, otro de difícil explicación. Todos los técnicos se han empecinado en su concurso. No será por falta de oportunidades. Agradecerle el emocionante gol al PSG, pero no ha demostrado tener nivel para ser titular del F.C. Barcelona. Parecido el caso de Semedo que no ha gozado de tanta confianza y además ha sido mucho tiempo juzgado injustamente, pero al final ha cantado la gallina y ha terminado dando la razón a sus críticos. Necesitamos alguien más efectivo en defensa.

Piqué, el único por su parte, centrado en el fútbol y dosificado, podría aguantar una temporada más. Sobretodo por falta de efectivos y experiencia.

Hasta ahora, solo las altas de Trincao, Pedri y Pjanic, pero seguimos sin delantero centro,  sin laterales y sin algún central de recambio con garantías y suficiente experiencia.

¿Nadie va hacer nada? ¿No se acuerda nadie ya, del bochorno contra el Bayer?, ¿Seguiremos una vez más, todo igual, solo con parches?,  ¿Esperamos un milagro? Demasiadas preguntas y apenas ninguna decisión trascendente.

Somos el F.C. Barcelona y tenemos la obligación de tener a los mejores futbolistas, se llamen como se llamen, sean de donde sean y sean amigos de quien sean. Pero por el momento, tal como pintan las cosas,  me temo que:
Se queda(N).

David Guillén

Colaborador

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