Real Betis Balompié y Fútbol Club Barcelona se ven las caras este domingo en la vigésimotercera jornada de Liga en el Benito Villamarín

Un duelo por todo lo alto entre dos equipos en horas bajas sin otra opción que no sea una victoria. El Betis necesita ganar para recuperar confianza y el Barça no contempla algo menos que los 3 puntos para no perder el hilo hacia el liderato. 

Un choque nostálgico para Júnior y Quique Setién, que regresarán a la que fue su casa. 

Ambos pasaron por épocas difíciles en Sevilla, pero dejaron un sello de calidad importante que les brindó posteriormente la oportunidad de dar el salto hacia el Camp Nou

El lateral del Barcelona militó en la cantera bética entre 2015 y 2018, año en el que dio el salto al primer nivel con un contrato en el primer equipo y despuntó con Setién a los mandos. Partidos como el 3-4 en el Camp Nouhicieron crecer su potencial y despertar el interés de los grandes. 

Con el técnico cántabro despuntó a un nivel altísimo y gozó de una gran continuidad en el carril izquierdo del once, propulsándose contínuamente en ataque respaldado por una defensa de 3 centrales y generando mucho peligro en sus incorporaciones en ataque. 

A su llegada a Can Barça, no todo ha sido de color de rosa. La exigencia es máxima y la presión influye mucho en jugadores por explotar como Júnior, que de vuelta con Setién quiere volver a convertirse en el gran jugador que fue si el nivel de Jordi Alba en el lateral no le cierra muchas puertas. 

En el caso de Quique Setién, su paso por el Benito Villamarín tuvo sus más y sus menos. Pasó de ser alabado como uno de los mejores entrenadores de la Liga a ser despachado en cuestión de meses. Cosas del fútbol moderno. 

Su primera temporada al mando del conjunto bético se saldó con una sexta posición en Liga (siempre con mejor sabor si es por encima del eterno rival) y una eliminación para olvidar frente al Cádiz en la Copa (3-5). Sensaciones encontradas pero mucho entusiasmo y confianza con Setién a los mandos. La temporada 18/19 fue algo peor. Una dura eliminación frente al Rennes (1-3) en Europa y un descafeinado décimo lugar en la tabla liguera le costaron el puesto al técnico cántabro pese a las semifinales en Copa del Rey. Un paso exitoso con un final con sabor agridulce y con la sensación de que cuando dejas de ganar no hay perdón ni memoria que valga.

Setién vuelve a la que fue su casa a los mandos del Barça para enfrentarse al Betis de Rubi, que tampoco lo está pasando del todo bien en Sevilla.

7 victorias y 8 derrotas en lo que va de Liga, eliminado de la Copa del Rey y a 8 puntos de zonas europeas. Un inicio un tanto convulso para el técnico catalán, que ya salvó varios “matchball” al inicio de temporada en partidos en los que estuvo con el agua al cuello y consiguió solventar casi de milagro para salvar su puesto. Las cosas mejoraron pero Rubi sigue sin dar con la tecla.

Una derrota y un empate en sus dos últimos enfrentamientos a domicilio frente al Getafe y al Eibar sentencian al Betis como uno de los peores equipos fuera de casa en lo que va de Liga. En Sevilla la cosa mejora, pero lejos de lo extraordinario. 

Y es que los datos tampoco están de parte de los locales, que en sus últimos 5 enfrentamientos con los azulgrana en el Villamarín tan sólo han conseguido cosechar algo positivo en una ocasión (1-1 en enero de 2017).  

 

Sin embargo, las últimas incorporaciones al equipo en el mercado de invierno podrían hacer cambiar las cosas.

Ilusionantes fueron las llegadas del mexicano Guido Rodriguez, uno de los jugadores mejor valorados de Latinoamérica y Carles Aleñá, cedido del FC Barcelona hasta final de temporada. Ambos pueden tener participación importante en el encuentro. 

Por otro lado, el Barça llega casi con la bombona de oxígeno incorporada en el avión Barcelona-Sevilla. Guerra civil entre directiva y jugadores, una plantilla que no va más allá de 16 fichas de jugadores del primer plantel másAnsu Fati y los jugadores del “B”, Ousmanne Dembélé lesionado por enésima vez, Gerard Piqué con una sobrecarga tras la ecatombe del jueves en Bilbao, Luis Suárez recién operado y Leo Messi perdido en la soledad.

A esto hay que sumarle las ventas de Carles Pérez, Aleñá, Wagué, Todibo y Abel Ruiz en el mercado invernal y las “no llegadas” de Rodrigo, Bakambú, Aubameyang, Lautaro o cualquier “9” bueno o malo del mercado. 

Algo incomprensible en un club con un presupuesto de 1.000 millones de euros como el Barça y que sentencia la pésima gestión de la junta directiva y de todos sus allegados. 

Crisis institucional, falta de confianza del socio tras una nueva eliminación a domicilio frente al Athletic en Copa (1-0) y una plantilla que debe hacerse al esquema de Setién lo antes posible para poder revertir la situación con fútbol, lo único que puede salvar este momento límite en Can Barça

Fútbol y nada más que fútbol en el Villamarín. Dos equipos necesitados que se volcarán para conseguir la victoria en un choque apasionante con sabor a nostalgia y a reencuentros: Júnior, Setién y Aleñá tratarán de demostrar su valor en un duelo épico del que es demasiado atrevido predecir nada. 

Iker Lloveras @LloverasIker

Colaborador

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