Hoy en día, gracias al mundo globalizado, es más fácil estar conectados con entornos lejanos y de interés específico, el surgimiento de las redes sociales potencia de alguna manera más efectiva esa globalización en aspectos comunicacionales, o simplemente informativos.

Entender el alcance del FC Barcelona como club deportivo elite durante tantos años, es más fácil, ya que la majestuosidad de la entidad está a la vista, la MARCA FC BARCELONA ya era global antes de los revolucionarios métodos de comunicación como Facebook, Twitter, etc.

Pero no fue sino hasta 2014, cuando en lo particular, me doy cuenta del verdadero alcance que tienen el Barça. En agosto de ese año, por fin pude asistir al Congreso Mundial de Peñas Barcelonistas en calidad de Presidente de la Peña Barcelonista de Caracas, y fue realmente increíble, no sólo ver miles de culés reunidos para ver el trofeo Joan Gamper, que enfrentaría al Barcelona y el Club León de México, donde estaba Rafa Márquez; sino que además aglomerar a tantas peñas que hacen vida en el planeta, muchas del territorio catalán y resto de España, peñas africanas, asiáticas, sudamericanas, entre otras muchas. Todos comprometidos en mejorar el movimiento peñistico más importante del mundo; todos unidos bajo el compromiso de los valores del FC Barcelona.

Ya para ese año, Venezuela estaba inmersa en la crisis política, que hizo que muchas personas salieran de manera masiva del territorio, emigrando a países europeos como España, Portugal e Italia; otros tantos fueron a Estados Unidos, o  países vecinos como Colombia, Perú, Ecuador y Argentina. La mayoría de los peñistas venezolanos, tanto de la Peña Barcelonista de Caracas, como la Peña Blaugrana Gent de Barça de Maracay se quedaban sin su masa social, obligándolas a adaptarse a la situación, y a no morir en el intento de fomentar los valores y la representatividad del Barça en la región. Aun así, y aunque no paraba de irse la gente, encontramos a peñas hermanas en cada país, en cada ciudad. Estas peñas acogían de manera desinteresada a la diáspora culé de Venezuela, y logramos, de alguna manera, fortalecer los vínculos con los  que había soñado el gran Nicolau Casaus.

Es cierto que el movimiento peñístico creció de manera exponencial estos últimos 10 años, quizás patrocinado por el mejor Barcelona de la historia. En Sudamérica vemos peñas con más de 20 años de fundación, o comprometidas con la labor social, tendiéndole la mano al entorno en el que se desenvuelven, y pudiendo día a día estar más visibles en el barcelonismo global. Sin duda alguna, el movimiento peñístico barcelonista ha supero, con creces, las expectativas, y apunta a ser ,durante mucho tiempo, el más importante movimiento de todos los clubes del mundo.

No nos queda más que agradecer a todos los que, de alguna manera, tendieron la mano y se hicieron eco de lo que hoy en día, aún vivimos en este país, y que permitieron a nuestros peñistas, al menos sentirse como en casa, aún estando lejos de ella.

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