Juego, set, partido y título. El Barça sufrió de lo lindo para encontrar el gol y llevarse el partido ante un aguerrido Osasuna que estuvo casi todo el encuentro con uno menos. Jordi Alba, con un remate algo extraño tras una enorme asistencia de Frenkie de cabeza, deja la Liga a tocar para los de Xavi.

Xavi repitió el once que se midió al Betis hace unos días. Defensa de gala, cuadrado en el centro del campo y Lewandowski y Raphinha arriba. Osasuna, con la mente puesta en la final de Copa del próximo sábado ante el Real Madrid, salió con los menos habituales. Jugadores jóvenes, como Herrando, debutaban en Liga, aunque no pudo tener un estreno más aciago en la máxima categoría. Solo duró en el campo 25 minutos por un agarrón a Pedri que le costó la roja.

Salió fuerte el Barça, moviendo el balón con rapidez y atacando fuerte por las bandas. Balde fue un puñal por el costado izquierdo durante todo el primer tiempo. Entrando como cuchillo en mantequilla, hizo gala de su poderoso cambio de ritmo y la mayoría de ataques del equipo blaugrana nacían de sus botas. Pedri pudo abrir la lata tras conectar un centro del 28, pero se marchó fuera.

Quién tuvo que salir antes de tiempo fue Gavi, lesionado, y entró Ansu, que ha sido noticias estos días por la llegada de su agente, Jorge Mendes, a Barcelona. Su futuro es una incógnita, pero los constantes rumores que envuelven su figura indican que su presencia en el cuadro de Xavi la temporada que viene no está para nada garantizada. Sin embargo, las dudas sobre su continuidad no impidieron ver una muy buena versión del 10. Quizás la mejor de la temporada.

En la segunda mitad fue quién más lo intentó. Asociándose, pidiendo la pilota, buscando el disparo y generando ataques. Le puso un caramelo a Dembélé, recién entrado por Raphinha, que el francés mandó fuera.
Insistió el Barça tras pasar por vestuarios, tirando de empuje y transitando con velocidad y en pocos toques. Aitor, providencial, salvó varios goles que parecían cantados. Tapó bien un remate de Ansu que Lewandowski terminó embocando, pero el VAR lo anuló.

Tuvo que ser Jordi Alba, en la temporada con menos protagonismo desde su llegada al Barça, quién alcanzó la gloria. La grada enloqueció y cerró el partido al grito de “Campeones, campeones”. Ahora solo queda tachar los días en el calendario para celebrar el título.

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