La vida está sujeta por una subjetividad general, todos somos diferentes y tenemos visiones distintas en todos los ámbitos de la sociedad. La cosa más importante por parte de un padre es que su hijo tenga un futuro que se merezca y que nunca tenga problemas. Cuando los jugadores empiezan a brillar, hay un único problema que se llama la influencia de la familia en las decisiones que puedan aparecer. El trabajo para evitar toda esta subjetividad que a veces genera problemas, coge una solución rápida: los managers. Ellos se deben encargar de todos los problemas económicos y de fichajes del propio jugador y tener plena confianza para llevar al jugador a una buena situación futbolística.

Uno de los padres que está arruinando la carrera futbolística de un jugador español, es Bori Fati. Es padre del número diez del FC Barcelona, el delantero empezó brillando cuando el Barça estaba en cuadro de jugadores. Se empezó a confiar con la cantera y jóvenes promesas que empezaron a ganar minutos y la confianza del entrenador en esos partidos de liga y otras competiciones. Allí rápidamente como su velocidad inició su gran etapa con el primer equipo, puso quinta y empezó a marcar goles y a dar puro espectáculo en grandes citas.

El primer día que debutó con el Barça en el mítico estadio de El Sadar marcó su primer gol con el primer equipo y ayudó a remontar al equipo en los últimos minutos de partido. Su evolución futbolística dio la vuelta al mundo, asombrado con sus actuaciones y con su joven edad. Su carrera fue un despegue hacia la gloria y en poco tiempo solidó su titularidad. Su buena amistad con Messi hizo que toda la ola de seguidores culés lo amarán como el próximo hijo prodigio que sembraría alegrías a todo el barcelonismo los próximos diez años.

Pero estas alegrías no duraron para siempre. La carrera de Ansu Fati sufrió un giro inesperado el 7 de noviembre de 2020, durante un FC Barcelona-Betis. El delantero bisauguineano nacionalizado español se lesionó de gravedad en el tramo final de la primera parte de ese encuentro. Las pruebas médicas realizadas confirmaron que el joven futbolista tenía roto el menisco interno de su rodilla izquierda. Nadie se podía imaginar entonces que esta lesión de Ansu Fati iba a acabar con su temporada. Corría el minuto 31 cuando el joven jugador intentaba rematar una pelota cerca del punto de penalti. Mandi, futbolista del Betis, se lanzó para evitar el disparo pero golpeó en su intento el pie izquierdo de Fati. En esa acción ya se vio que la rodilla del futbolista tuvo que hacer un giro muy fuerte. No obstante, el internacional español continuó sobre el terreno de juego aunque con serias molestias. En el descanso fue sustituido al persistir los dolores en esa zona.

Desde entonces el jugador desgraciadamente no ha sido el mismo, cuando recibes tantos batacazos en poco tiempo y con una edad tan joven a veces cuesta volver a coger esa confianza en el terreno de juego y sacar ese miedo de volver al desastre.

Simplemente se debe ser paciente, tiene veinte años, es un jugador que casi ni ha iniciado su carrera y le queda mucho por aprender y mejorar. Entonces, por favor, pido que en todos los ámbitos que envuelven al joven jugador sean pacientes y dejen espacio para que él pueda decidir su futuro y donde quiera estar. Todos por una parte entendemos la situación del padre porque desde ese punto de vista se sufre mucho, pero se debe dar cuenta que el jugador eso lo siente y puede recibir una fuerte presión que a veces es difícil de gestionar

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