El Barça y el Espanyol empatan a 1 en el último encuentro del 2022. Mateu Lahoz ha sido el protagonista principal de este thriller, que ha terminado con una expulsión por cada equipo y un total de 18 tarjetas amarillas, sumando las de los cuerpos técnicos. La actuación de los azulgranas ha ido de más a menos, mientras que la intensidad del partido ha ido de menos a más. Ansu Fati y Raphinha siguen sin exprimir su gran nivel y todavía no se encienden sus estrellas.
El partido se puso muy favorable para los de Xavi cuando, en el minuto 7, Marcos Alonso abría el marcador tras, previo centro del Frenkie de Jong, el esférico tocaba primeramente en Lewandowski, después llegaría a Christensen para cederle el balón al defensa español, que cabeceaba a placer a escasos metros de la portería de Álvaro Fernández.
El resto de la primera parte fue muy tranquilo para los culés. El dominio del Barça ha sido evidente, tanto en la circulación del balón desde la medular hasta el área rival como en las tareas defensivas. La zaga titular de hoy, compuesta por los «no habituales»: Jordi Alba, Marcos Alonso, Andreas Christensen y Sergi Roberto, ha contenido a la perfección cualquier intento de ataque del conjunto perico.
Tras un inicio del segundo periodo similar al primero, un justo penalti indicado por parte de Marcos Alonso sobre Joselu en el minuto 72 que ha supuesto la mecha que ha prendido fuego en el derbi de Barcelona. La temperatura del encuentro empezó a aumentar a partir de la provocadora celebración de Joselu, el Barça se desdibujó y el futbol de dominio, ocasiones y estrategias desapareció.
La última media hora estuvo llena de trifulcas y tarjetas. Las expulsiones de Jordi Alba y Vinicius Souza, por doble amarilla a ambos, empezaron a agitar el avispero. Minutos después, el colegiado expulsó a Cabrera, aunque entró el VAR y finalmente se retractó de la expulsión al considerar que el central pisó accidentalmente la cabeza de Robert Lewandowski. Mateu Lahoz fue más protagonista que los jugadores y la pelota, el partido superó al valenciano y lo intentó controlar sacando tarjetas para dar y regalar, llegando a un total de 18 amarillas, de las cuales dos derivaron en expulsión.
Aun así, el portero blanquiazul fue providencial ante los remates de Christensen y Lewandowski en un tramo final de infarto de 10 contra 10, aunque no se pudo sentenciar y finalmente se ha pagado caro.
Con este empate, el Barça sigue encabezando la clasificación liguera, pero ahora lidera con los mismos puntos que el Real Madrid (38 puntos), que han resultado los ganadores morales de un derbi caliente y disputado como una guerra que se ha ido de las manos delante de 88.095 espectadores.
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