El Barça zanjó otro partido de menos a más ante el Panathinaikos (74-68). Los culers, superiores en todo el partido, se la jugaron a todo o nada en los últimos minutos después de otro último cuarto flojo, como es de costumbre. El dormirse en los laureles en el último tiempo puede considerarse ya enfermedad, aunque el equipo no encuentra cura a esta y cada partido parece más grave. Decían que “lo que no mata, engorda”, hasta que mata, y si los azulgranas no le encuentran remedio, podemos sufrir de sus consecuencias. Aún así, después de la derrota del Fenerbahce ante el Baskonia, los azulgranas se ponen líderes en Europa sin haber aún demostrado su mejor juego.

Los de Saras empezaron muy fuertes el primer cuarto desde la línea de 3. Laprovittola y Mirotic, encontraron en el sector izquierdo de zona ofensiva un buen sitio para aparcar su carro lleno de triples. Lo aparcaron y lo vaciaron. Sin piedad. Masacre total de los culers en los 5 primeros minutos de partido con 5 triples consecutivos de Lapro y Mirotic. Un conjunto de buenas presiones, sólidas defensas y continuos efectivos ataques a lo que siguió de cuarto (a resaltar el “matazo” de Satoransky) encendieron el Palau y dejaron en el marcador un parcial de +16. (28-12)

Muy lento inicio de los culers en el segundo tiempo que les costó encontrar espacios para fabricar oportunidades. Los minutos pasaron y cuándo menos lo parecía, los azulgranas siguieron aguantando la distancia en el marcador sin dar su máximo rendimiento. Los de la ciudad condal no sufrieron en ningún momento y, seguidamente, destrozaron las defensas atenienses cuáles ya se les podía denominar “coladeros”. El cuarto terminó con +13 para los azulgranas. (43-30)

Durante los tres primeros minutos de la segunda parte, los locales parecieron recién levantados de la siesta. Desacertados en ataque y dejando espacios en la defensa interior, el conjunto griego supo aprovechar la sutil ventaja y se acercó a los culers, con un parcial de 5-9 que forzó a Saras a pedir el tiempo muerto con tan sólo 3 minutos corridos en el marcador. Este fue sin duda útil, ya que el Barça se reactivó de la mano de Mirotic y Satoransky, que volvieron a poner a los griegos en su sitio, con Vesely como segurata, seguro en sus acciones defensivas.  Los culers aflojaron en la recta final del tercer cuarto y, aunque los atenienses no supieron sacarle su máximo provecho, se iban al descanso con +11, su ventaja más corta en todo el partido. (62-51)

Llegaba el último cuarto, y con él, la pesadilla de los azulgranas. Estos han cogido la fama, y bien merecida, de flojear en los últimos 10 minutos. Y los griegos lo sabían. Empezaron a amenazar el aro con la ya habitual, aunque vergonzosa, ayuda arbitral, que ponía al Palau de los nervios. A falta de 5 minutos, el Panathinaikos, con el ex-NBA Bacon cómo bandera, estaban a 5 puntos de los azulgranas. La afición verde, situada en la parte superior del Palau, se intentó adueñar de la voz del polideportivo, pero los socios culers, cumplieron definiendo territorio. 

Bacon anotaba de dos, y los griegos estaban ya a tan sólo una posesión. El conjunto arbitral ignoró una clara falta a Jan Vesely y en el mismo contraataque, Ponitka anotó una bandeja para ponerse a un mísero punto. 

Pero en medio de la tensión, apareció el checo. Tomas Satoransky dejó atrás a su marcador para anotar libre de tres y poner a los suyos cuatro arriba. Tras tres defensas sólidas, el Barça cerró el sufrido encuentro 6 arriba. (74-68).

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