Este Barça está muy verde. A pesar de los fichajes, este equipo tiene que mejorar mucho para optar a todos los títulos. El Celta dominó durante gran parte del partido y tuvo numerosas ocasiones para rascar puntos del Camp Nou. Hoy la suerte estuvo del lado azulgrana, pero las sensaciones del equipo inquietan antes de verse las caras con Inter y Real Madrid.

Xavi alineó un once extraño en cuanto a los nombres que ocupaban la línea defensiva. Los tres laterales izquierdos, Jordi Alba, Marcos Alonso y Alejandro Balde, salían de inicio junto a Piqué. El ’28’ como en Mallorca, se situó en banda derecha, con el ex del Chelsea en el eje de la zaga y Alba en su posición natural. Arriba, Ferran volvía a tener una oportunidad. Pero el valenciano sigue negado de cara al gol. Hoy ha entrado más en juego y ha tenido oportunidades claras, pero cuando debe ejecutar el remate, la portería, se hace pequeña y los fantasmas se multiplican en su cabeza. El fútbol es un estado de ánimo, y ahora mismo Torres tiene poquísima confianza.

Los de Xavi salieron con una intensidad bastante superior respecto al partido en San Siro. La pelota se movía a más velocidad, los interiores tenían presencia en la construcción, los extremos percutían y los ataques se volcaban por los dos costados. Busquets estaba cómodo y generó peligro con envíos que solo él ve. Acciones como esta ejemplifican el vacío que dejara el de Badía cuando deje el club.

Gavi, hoy como interior izquierdo, trazaba constantes desmarques al espacio y así llego el 1-0. Lewandowski se llevó a su marca y el ‘6’ aprovechó el espacio para llegar y centrar. Pedri apareció en el área para empujar un mal rechace de Unai Núñez.

El gol durmió el partido. Ambos equipos se disputaban la posesión, pero ninguno traducía el dominio del balón en peligro. Posesiones horizontales, lentas y conservadoras. La tranquilidad se contagió entre los jugadores azulgranas al inicio del segundo acto. El Celta ganó metros y tuvo varios acercamientos a la meta de un Ter Stegen que tuvo molestias en la zona lumbar. Minutos después Marchesín, guardameta visitante, también fue atendido.

Los vigueses crecían e iban metiendo miedo a un Barça incapaz de recuperar el control. Xavi agitó el árbol y dio entrada a De Jong, Dembélé y Ansu Fati de una tacada. Pero el Celta, viendo la fragilidad azulgrana, pasó de la intimidación al ataque y anotó un gol que fue anulado por fuera de juego de Javi Galán.

Los de Xavi seguían desdibujados por el campo, perdidos, imprecisos, saltando mal a la presión y dejando espacios enormes por todo el césped. Y la inseguridad en defensa incrementaba a medida que pasaban los minutos. Aspas tuvo el empate en sus botas en un remate que le salió centrado y en el descuento mandó un balón al palo cuando ya cantaba el gol.

Ter Stegen y la fortuna le dieron los tres puntos al Barça para seguir líder, pero la imagen de hoy es preocupante. Próxima parada, Inter de Milán.

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