El delantero francés era supuestamente uno de los futbolistas llamados a coger el relevo de Messi-Cristiano, nada más lejos de la realidad. Griezmann va a empezar su tercera temporada con el Barça con más dudas que certezas. Antes le eclipsaba la presencia de Messi y ahora no soporta el peso de su ausencia. Si quiere ser una estrella debe empezar a demostrarlo, coger galones, pedir cada balón, intentar ser determinante en cada jugada…lo que sea menos dejar indiferente a la afición, que es lo que está sucediendo.

En el aspecto deportivo, estos años ha cumplido en números, y encima fuera de su posición natural, pero siempre se espera más de él. Ese pasito que le falta. Y ahora que no está Messi, parece que está más preparado Memphis que él para coger su testigo como estrella del equipo.

Y en cuánto a lo económico, es el jugador mejor pagado de la plantilla, cobrando 24 millones netos y con una oferta de 50 millones de euros por él encima de la mesa. Algo a tener en cuenta tal y como está el mercado. Sin duda, parece una operación rentable para el FC Barcelona.

Sin embargo, el hecho de que sea el Atlético de Madrid el que haga la oferta lo trastoca. Tenemos el caso reciente de Luis Suárez como ejemplo: vender a una de tus estrellas a un rival directo no es buen negocio. Por mal que esté esa supuesta estrella, tienes más que perder y el rival mucho por ganar. Y añadiendo que el Barça les pagó en su día 120 millones, no es agradable pensar que te han sacado 70 millones de diferencia por 2 temporadas “discretas” de Antoine. Pensarán que nos han tomado el pelo.

Además, cabe destacar que estamos en el último día del mercado de fichajes y no hay apenas tiempo para buscar un sustituto. Y con Ansu, Memphis, Agüero y Braithwaite sin jugar por derecha, Dembélé fuera de combate aun y sin que Koeman cuente con Collado, se queda Yusuf Demir como única opción. Es un gran jugador, yo soy un gran valedor suyo, pero que sea la única alternativa sin saber cómo volverá Ousmane claramente perjudica deportivamente a los azulgranas.

La marcha de Messi lo cambia todo. Si esto hubiera sido antes, hubiera sido maravilloso. Messi ocupando la posición que Griezmann ocupa ahora, te sacas de encima el 2o salario más alto por aquel entonces y ganando 50 millones por el traspaso, que se fuera al Atlético de Madrid no importaría tanto. Y, además, podrías inscribir a Messi. Pero el contexto ya no es el mismo. Sacar a Griezmann a un rival directo y sin sustituto es un lujo que el Barça no puede permitirse.

Joan Hernández

Colaborador

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