Inmerso en una crisis Institucional, deportiva y económica: El Fútbol Club Barcelona afronta mañana la fase final de la atípica Uefa Champions League. Nadie podría imaginar que se jugase la llamada en su momento Copa de Europa en pleno mes de agosto, pero la emergencia sanitaria provocada por el Covid-19 ha hecho que situaciones insólitas se hayan hecho realidad.

El equipo dirigido actualmente por Quique Setién, disputa mañana la vuelta de los octavos de final de la máxima Competición Continental. Un Camp Nou vacío presenciará el desenlace de una eliminatoria que se inició hace ya casi seis meses, en aquel partido Antoine Griezmann marcó el único gol del equipo culé. Aquel solitario gol propició el empate a uno, que finalmente acabó siendo definitivo. Gracias al gol del astro francés el Barça se trae un resultado positivo de Nápoles, teniendo así la ventaja del factor campo.

El equipo barcelonista afronta a partir de mañana la única posibilidad que le queda para salvar la temporada, puesto que sino acabaría con un año en blanco. Esto no sucede desde 2014 cuando dirigía al plantel el argentino Tata Martino. Por ello y porque tenemos al mejor jugador de la Historia: Don Lionel Messi, hay que ver con ilusión esta fase final. Es cierto que llevan una temporada horrenda, pésimo nivel de calidad mostrada y como consecuencia penosa en cuanto a resultados. LLegaron líderes en la Liga doméstica al parón por la pandemia, pero no supieron mantenerse en lo más alto después del confinamiento.

El club es un barco a la deriva, donde la mayoría de decisiones que se han tomado han sido error tras error. Se ha hecho una mala planificación deportiva, mañana sólo tenemos trece jugadores de la primera plantilla disponible, el equipo no se ha rejuvenecido y la media de edad del once inicial habitual supera los treinta años.

Con todo esto y con la afición mayoritariamente desilusionada, el equipo se ha concienciado para darlo todo y competir al máximo. No se sabe si les llegará para conquistar “la orejona”, pero si se dejan la piel en el campo la afición no les reprochará nada.