Desde hace unas semanas en las redes sociales ( especialmente en Twitter), he visto una corriente de pensamiento inclinada hacia la despedida de Lionel Messi como jugador del F.C.Barcelona. La verdad me ha dado que pensar: Es algo que jamás he llegado a plantearme, puesto que siempre he visto al D10S retirándose en el club de sus amores. He intentado empatizar con aquellos que ven en su salida del club un beneficio para éste, pero no hay manera que dislumbre en mi cabeza un Barça sin el astro argentino. Es nuestro jugador franquicia, el estandarte del equipo culé desde que debutara en el primer plantel allá por el 2005.

Sinceramente es increíble la poca memoria que tienen algunos aficionados a este deporte. En quince años en el primer equipo del club, Leo lleva la friolera de treinta y cuatro títulos ganados. Es más de un tercio de los campeonatos conquistados en la historia del club ( obviamente me ciño a los títulos ganados en la sección del deporte rey). Me parece descabellado pensar que un Barça sin Leo pueda ser más fructífero que el equipo con él. Sobretodo en este último lustro, si hemos conquistado varias Ligas y algunas Copas del Rey ha sigo gracias a la presencia del mejor jugador de la Historia. Ya que el nivel y potencial de la primera plantilla ha disminuido de manera alarmante en este tiempo.

Un ciclo ganador de cualquier club de fútbol de media alcanza los tres o cuatro años, la era Messi lleva quince años. Es algo inaudito jamás visto, algo que ni el más optimista hubiera imaginado en los comienzos del astro argentino.

Por todos estos motivos, es por lo que parece increíble que un culé quiera la salida del D10S. Se basa en el argumento de que todo el juego gira en torno a lo que él quiere jugar. Obviamente el juego del equipo tiene que girar en torno a las características de Leo, un futbolista que te ha dado tanto como no vas a jugar a su imagen y semejanza.

Es muy surrealista pero como digo yo siempre en la viña del Señor tiene que haber de todo.

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