Schopenhauer dijo que el destino mezcla las cartas y nosotros las jugamos. Pues esta vez el caprichoso crupier ha querido que sean Espanyol y Barça los que jueguen, pero por algo más que un simple partido. Este domingo habrá mucho más que tres puntos sobre la mesa.

El FC Barcelona visita terreno cercano, pero hostil. La casa blanquiazul recibirá a sus vecinos blaugranas en el que podría ser el último derbi catalán entre periquitos y culés en primera división. Los locales se encuentran hundidos en la zona roja de la clasificación, en dinámica negativa y con un calendario que no invita al optimismo.

Con la amenaza del descenso, el público del RCDE Stadium además podría llegar a recibir al FC Barcelona como campeón de liga. Si Real Madrid y Atlético de Madrid no consiguen ganar sus respectivos enfrentamientos, los azulgrana se proclamarían campeones antes incluso del inicio del choque. Se antoja una opción remota pero posible, aunque si los visitantes logran la victoria en Cornellà, se harían con el título de forma matemática.

Es decir, el Barça depende de sí mismo para dar por finalizada LaLiga definitivamente. Con partidos aún por disputar, pero con el ansiado título bajo el brazo. Ante esta situación surge la duda en el aficionado culé: ¿Ganar la liga en Cornellà mandando al Espanyol prácticamente al descenso o en el Camp Nou delante de su afición?

Quizá lo ideal es ganarla cuanto antes y, de ese modo, el club podría organizar una celebración por todo lo alto y en casa. Aunque la afición perica no olvida las palabras de Piqué en las que se refería a ellos como una “maravillosa minoría” ni cuando dijo que jugar en campo del Espanyol era mejor que el sexo. Por ello y por el orgullo de no coronar al Barça en su estadio, es difícil pensar en un hipotético pasillo y mucho menos en un duelo fácil de sacar adelante.

Luis García será de nuevo escollo; el ex técnico del CF Damm y escudero del “Tamudazo” trae malos recuerdos al FC Barcelona y al propio Xavi Hernández, con el que se sacó el título de entrenador. Ambos protagonizarán otro duelo cargado de morbo en los banquillos.

La temporada siguiente podríamos quedarnos sin el derbi FC Barcelona – RCD Espanyol, aunque Montjuic será sede de primera división, pase lo que pase. ¿Será el Johan Cruyff quién recibiría a los periquitos el año que viene?

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