Estimados lectores, ¿recuerdan a aquella chica madridista que cantaba feliz al móvil, “Xavi quédate, Xavi quédate, Xavi qué-da-teeeeee, loooo, lo, lo, lo, lo, lo, loooooo, lo lo”?

¡Cómo olvidarla!

Pues hoy estoy convencido que muchos de nosotros la ubicamos perfecto, y es más, yo hasta cariño le tengo porque ella simboliza un punto de inflección.

Las prestaciones del técnico de Tarrasa contra el eterno rival son solo comparables con las de Pep Guardiola. Cinco victorias en siete enfrentamientos, tres triunfos seguidos, y el próximo mes, un nuevo duelo para disputar la vuelta de la semifinal de la Copa del Rey, pero no hagamos pronósticos, porque ese es justo el tema de este artículo y los partidos hay que jugarlos.

Un proverbio popular dice que no debemos adelantarnos a los acontecimientos, esto implica evitar las conclusiones anticipadas para evitarnos sorpresas.

Lo que es un hecho es que a veces estamos tan preocupados por el mañana que dejamos de disfrutar lo que vivimos en el hoy. Ahora, ojo, eso no significa que no vivamos con ilusión, porque eso alimenta el alma.

Como culers, -debo confesar que me cuesta cabiar el culé a culer, pero estoy haciendo un esfuerzo- estamos viviendo tiempos muy convulsos; estamos siendo atacados por todos los frentes aún sin pruebas consistentes de lo que se le acusa al club. Que esto no evite que disfrutemos una temporada en la que el equipo da síntomas de renacimiento, donde podemos empezar a ver en el horizonte que la reconstrucción ya comenzó, pero ese tema, lo dejaremos para la siguiente semana.

En conclusión, el “Xavi quédate” ha sido más memorable de lo que nadie hubiera imaginado, pero aprendamos de ello, disfrutemos el presente, seamos humildes y evitemos hacer pronósticos, por ejemplo, del siguiente clásico.

Nos leemos en la próxima.

@soyalexluna

Share This