La magia del futbol volvió a reinar en el Camp Nou. Siempre tan imprevisible, el deporte rey se saltó todos los pronósticos para regalar, en el Día del Padre, un clásico lleno de épica a un Barça que encarrila la Liga y hunde al Madrid. Sergi Roberto y Kessié, dos actores secundarios, se vistieron de gala para, al ritmo de Rosalía, dar tres puntos agónicos a los de Xavi, que dominaron con balón en varios tramos del partido aunque dejaron ver, también, carencias con pelota cuando tocaba imponer control en el juego.

En unos días muy turbulentos para la entidad blaugrana que está siendo bombardeada con acusaciones con relación al ‘Caso Negreira’, el clásico en la víspera del parón de selecciones tenía una tremenda relevancia para lograr unir al barcelonismo y dejar la Liga vista para sentencia. Xavi, aun sin Pedri, volvió a apostar por los cuatro mediocampistas, dando a Sergi Roberto la titularidad que, hasta ahora, había tenido Kessié. El de Reus, además de lograr el gol del empate, fue de los mejores del equipo, dando continuidad al juego y, a pesar de sus limitaciones con balón, jugando rápido para aprovechar las superioridades que se generaban en ataque.

Quién no estuvo del todo fino con la pelota fue Busquets. El de Badia cometió algunos errores en zona de construcción del juego totalmente impropios, pero por suerte, un Madrid inoperante en ataque no supo aprovecharlos. Los blancos volvieron a fiarlo todo a un Vinicius que tuvo fortuna forzando el 0-1 en propia de Araujo, pero que, otra vez, chocó contra el muro uruguayo en su duelo personal. Christensen y Koundé, inconmensurables, hicieron empequeñecer a un Benzema que, esta temporada, está muy lejos de su mejor versión. Y, aun así, los de Ancelotti compitieron de tú a tú al Barça, llegándose a poner 1-2 de forma momentánea en el tramo final de partido con un gol de Asensio que el VAR anuló por fuera de fuego.

En los minutos finales, con un Madrid que atacaba a tumba abierta y sin Pedri en el campo, el descontrol se apoderó del partido. Los de Xavi fueron incapaces de controlar el partido con la pelota en los últimos minutos, pero lejos de encerrarse atrás como habían hecho en anteriores partidos, aceptaron el temerario duelo que presentó Ancelotti y ganaron a los blancos en su terreno. En el añadido, con el partido roto y sin medio del campo, el Barça sentenció la Liga al contraataque, aprovechando un taconazo exquisito de Lewandowski, un centro delicioso de Balde y un remate a implacable de Franck Kessie que selló una victoria épica e hizo enloquecer al Camp Nou.

La victoria “in extremis” sirve para encarar de forma distinta este parón de selecciones. A falta de doce jornadas, el Barça es más líder que nunca, dejando al Madrid a doce puntos. Ahora, los de Xavi tienen tiempo para descansar y recuperar efectivos para la causa. A la vuelta de la competición de clubes, la Liga y la Copa esperan ansiosas un digno campeón que se atreva a levantarlas.

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