El Barça se dejó llevar de Aitana, Geyse y el Camp Nou para llevarse el liderato del grupo

Se desplegó el tapiz con aroma europeo de nuevo sobre el Camp Nou, esta vez con las chicas de Jonatan Giráldez para tumbar a su rival directo en el grupo y a un viejo conocido; el Bayern de Múnich. Empezaba de la mejor manera posible, con el estado ovacionando a Alexia Putellas que recibía el premio de la mejor jugadora de la UWCL de la temporada pasada. Salía Alexia del verde y daba paso al espectáculo.

Al minuto uno, dos ocasiones de Aitana y Geyse, que salía como punta de lanza, ponían el susto en la grada. El factor Camp Nou le beneficia mucho al Barça, y fue muy plausible en la puesta en escena de ambos. El Bayern intentaba salir tanto en corto como en largo, pero en las alturas el Barça era muy superior -especialmente Mapi León como líder-. Además, esa salida en corto se frustraba constantemente por la presión al jugador, en la cual el Barça acumulaba muchos efectivos en distintas líneas.

El Barça, aún con posesiones más de corazón que ordenadas, volcaba su poderío ofensivo sobre el out-in para romper con envíos verticales, especialmente sobre las figuras de Aitana y Geyse, las futbolistas más diferenciales en los duelos. La inteligencia posicional de Aitana Bonmatí permitía a las de Jonatan Giráldez encontrar con lucidez ocasiones de peligro.

Con el paso de los minutos, el estadio se llenaba del todo y el partido se convertía en un monólogo culé, que supo descifrar los espacios de las visitantes, amenazando en el duelo por carriles y rompiendo el espacio entre centrales que debilitaba al Bayern. En la primera parte, las rojillas se lanzaban al ataque a la mínima, conduciendo por carril central hasta abrir por la vía más rápida y con más espacios. Normalmente, acabando en intervención culé.

Rolfö y Crnogorcevic, eran las llaves para dinamitar por fuera. La velocidad y el poderío de las dos puntas abría el esquema para romperlo por dentro. En el planto interior, el partido pasó constantemente por Patri Guijarro y su adaptación a las distintas acciones. Cuando la española se encontraba rodeada de visitantes, se encontraba enjaulada con la imposibilidad de recuperar y salir jugado.

Una doble ocasión del Barça intentaba hundir al Bayern en su área con el paso de los minutos, pero siempre con defensas encima, que truncaban los intentos de las locales. Las de Jonatan aplicaron todo el desgaste que pudieron por encima de las alemanas, pero de manera muy irregular. A falta de ocasiones, el Camp Nou ponía de su parte.

El síntoma más claro de que el Barça no desplegaba su juego con comodidad en la primera mitad se veía en Aitana Bonmatí, que cada vez más incómoda entre líneas, participaba en muchas acciones fuera de zona. Igual demasiadas. Esto las mandaba a vestuarios, con unos últimos instantes que no movían nada en especial. El Bayern, resistiendo desde el esquema fijo que proponía en todas las acciones, aguantaba las pocas opciones claras que recibían las de Alexander Straus.

En el segundo tiempo, todo empezó de otro color. Mismas jugadoras, misma tónica, pero diferente resultado; el gol de Geyse empezaba a redondear un partido mágico de la punta, que le daba alas para liderar a sus compañeras. Otro beneficiado, el Camp Nou, que estallaba de júbilo para hacer volar a las suyas. Se sucedieron las ocasiones, pero el esquema férreo y zonal del Bayern no cedía.

Pero el premio de la insistencia les llegaba a las blaugranas, que veían como esas irreparables internadas por carril le ponían un balón central para que Aitana Bonmatí sellara el 2 a 0. El Barça, irrefrenable, ponía la directa. Volando al ritmo del Camp Nou, que disfrutaba con el monólogo blaugrana.

Y como no hay dos sin tres, Claudia Pina hacía lo propio con un golazo espectacular desde la frontal que terminaba de matar cualquier atisbo de duda generado en la primera mitad. El Barça se gustaba y hacía disfrutar a un Camp Nou talismán para las de Jonatan.

Con todo, el Barça se lleva una victoria clave para el desarrollo del grupo, poniendo la primera marcha sin atisbos de duda. Con dos partes muy diferenciadas entre sí, el Barça fue picando el muro de Múnich hasta destruirlo, poniendo un punto y a parte entre los dos gigantes del grupo.

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