El Athletic Bilbao planteó un partido distinto al de Copa. Bloque más bajo, líneas juntas y prioridad de cerrar espacios. El Barça tuvo el control, pero le faltó un punto dinamismo en el centro del campo.

Ritmo, verticalidad y presencia arriba. Con Frenkie, el equipo creció ahí. El Barça sale desde atrás y Frenkie pide el balón. Juega de primeras y tira un desmarque larguísimo para seguir la jugada. Se le ve más suelto, con libertad para moverse por donde quiera, y eso el neerlandés lo agradece.

Se entendió bien con Dembélé. Conecta con el francés, le dobla y llega a línea de fondo para centrar. Son jugadores rápidos y deben ser más incisivos en ataques en transición, como ayer.

Pedri fue el MVP y Gavi cuajó de nuevo un gran encuentro, pero Frenkie tiene unas condiciones físicas que hay que aprovechar. Los jugadores entienden sus virtudes y lo mejoran, como se vio en el gol ante el Nápoles, con Auba y Ferran llevándose a los centrales.

Veo un De Jong más fresco, con las ideas más claras y apareciendo por muchas zonas. Hace unos meses estaba apático, poco móvil y fallón, pero partido tras partido está ganando confianza para ver su mejor versión.

Por eso siempre he creído que su venta sería un error. No sé que pasará en verano, pero para mí es imprescindible. No hay otro jugador en Europa con unas condiciones técnicas y físicas parecidas, capaz de poder hacer tantas cosas en escenarios más posicionales o con más espacios.

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