El físico es fundamental para ser competitivo en el fútbol. Es necesario tener jugadores altos y corpulentos que corran y se dejen el alma en el campo. Porque la posesión es una milonga. Aburre a las moscas. Y la técnica sin físico no vale para nada. Ni que el Barça hubiera hecho historia con un equipo rodeado de bajitos.  Y los chicos de la cantera tienen que ganar músculo.  

Aleñá nunca ha demostrado su valía, y eso que ha tenido mil oportunidades, porque es titular en todos los partidos. Si en el Betis no fue importante, ¿cómo va a serlo en el Barça? Juega fácil y no arriesga. Ante el Inter el año pasado fue de los mejores, pero habría que verlo en escenarios gordos, no frente a equipos que luchan por no descender como los italianos. Si San Siro es un estadio del montón.

Riqui Puig es otro ejemplo. Con ese cuerpo liviano no puede triunfar. Como vaya al choque, acaba en el suelo. Ante equipos rocosos, a Riqui se lo comen. La pasada temporada hizo un partidazo ante el Atlético de Madrid, pero porque es uno de los equipos más endebles de la Liga. Aunque Puig haya crecido con el ADN Barça, sus condiciones no le permiten brillar en la élite. Porque el Barça no necesita perfiles como el suyo, que comprenden el juego a la perfección y le den ritmo a la circulación. Hacen falta jugadores físicos, como Arturo Vidal. Sobre todo, en Champions. Porque con el chileno el Barça no hubiera recibido 4 goles del Liverpool. Ni 8 del Bayern.

El estilo Barça está caduco, el fútbol ha evolucionado. Si al final Guardiola solo ganó por Messi.  

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