Ya se cerró el mercado de fichajes y no había que ser un adivino para intuir, ya desde hace días, que ni Neymar Jr vendría, ni Rakitic dejaría el club. Y la noticia, a mi parecer, es buena, pues pasa por costumbre que vendamos a jugadores, que de alguna u otra forma, dan el equilibrio necesario en la plantilla y nos lo proporcionan tambén en el terreno de juego. Eso ya es algo para volverse locos. Neymar es un gran jugador, y la mitad de la afición que no le perdonó esa salida mal intencionada de hace un par de temporadas, para irse al PSG, coinciden en que en la cancha, es un grandísimo jugador. Lo malo de todo esto es que hay un daño romántico que nos hace rechazar la vuelta de alguien que, no sólo se fue de malas maneras, sino que además no supo manejar los tiempos, y terminó desmoronando a un equipo único.

Con la llegada de Pep al Barcelona, quizás vimos la revolución más fuerte de los últimos 30 años del club. Los intocables y magos del balón eran vendidos por lotes como si hubiesen dejado de jugar al fútbol de la noche a la mañana, y esos primeros partidos, se parecen un poco (sólo un poco) a este inicio de temporada. Aunque es cierto que Valverde no es Pep. Aún así, no deberíamos tener la memoria, tan corta a veces, para darnos cuenta que de toda decisión, se puede sacar un buen crédito. Que Rakitic se quede una temporada más es muy buena noticia, el croata no se ha olvidado ni de jugar, ni de dónde juega, y su experiencia y aplome en el terreno de juego, siempre sumará más que lo que restará.  De esta manera, las novelas y cuentos de terror de cada temporada en los mercados de fichajes, llegan a sus desenlaces, y quizás para este FC Barcelona de la mejor manera: con noticias de los que no vienen y de los que se van a quedar, y como he defendido siempre, que Rakitic esté en el equipo, para mi, es una gran noticia.

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