Scroll o scrollear consiste en el desplazamiento que todos realizamos cuando consumimos redes sociales o páginas web, por poner solo un par de ejemplos.

En nuestros tiempos, la atención de la gente en redes sociales es de solo tres segundos, sí, estimados lectores, ¡tres segundos! Si en ese tiempo tu posteo o historia no captura la atención del follower, ¡adiós!, hace scroll y se va a lo que sigue.

-“¡Ya Alex, directo al grano!

Ahí voy, ahí voy. El problema aquí es que el fenómeno de scrollear ha permeado a distintos ámbitos de nuestra vida diaria; cada vez somos menos pacientes en general. Somos menos pacientes con las personas, somos menos pacientes en un restaurante, somos menos pacientes con un libro, una serie, y también somos menos pacientes con los futbolistas del Barça. Llega un jugador nuevo o asciende un chaval de la cantera, y ya no hay margen para esperarlo; o da rendimiento de manera inmediata, o nos lo acabamos con ataques que llegan de distintos frentes.

Xavi, mi mediocampista favorito, explotó varios años después de que Van Gaal lo debutara; fue hasta que llegó Davids al equipo que Rijkaard le dio libertad en el campo, el resto es historia, pero lo mismo sucedió con Iniesta, con Valdés y más recientemente con Dembélé. Al francés lo hemos esperado 6 años, ¿no le podemos dar un poco de tiempo a jugadores como Raphinha, Ferrán, e incluso un respiro a Ansu que viene de lesiones?

La adicción por hacer scroll se ha llevado a diferentes ámbitos, y el fútbol no es la excepción. En una entrevista muy interesante, Ferrán habló de la presión a la que se sentía sometido, lo cual lo llevó a pasar en ocasiones más de una vez a la semana por el psicólogo. Hay que cuidar también la salud mental de nuestros futbolistas, hay que darles margen de mejora, oportunidad de explotar, permitirles sentirse importantes, “tots units fem força”.

En conclusión, no hagamos scroll tan rápido con nuestros jugadores, hay que apoyarlos.

@soyalexluna

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