Ronald Araújo se lesionó el 26 de septiembre con su selección en el trágico parón internacional para el Barça. Este infortunio sucedió en el minuto 1 de la primera parte del importantísimo amistoso de los charrúas ante Irán. Esa “avulsión del tendón del aductor largo del muslo derecho” fue mucho más grave de lo que parecía en un inicio, y le hizo estar al central tres meses fuera de los terrenos de juego, los mismos dónde los azulgranas echaron a perder gran parte de su temporada con la dura eliminación en la máxima competición europea, con claros flaqueos defensivos. 

En estos meses, la defensa del equipo ha sido un barco movido por duras aguas, sin encontrar jugadores fijos y con claros errores individuales, y el juego recorría siempre al delantero polaco y su activo gol para salvar los partidos. 

Con el regreso de Araújo, regresa también esa potencia, esa capacidad de abarcar campo, de impresionar al delantero y de hacerlo pequeño. Y aunque también regresan esas dudas cada vez que tiene que salir con el balón jugado, regresa esa garra, ese carácter y esa capacidad de corregir digna del mismísimo Puyol, que no es decir poco. 

Y además, con la vuelta de Koundé, vuelve esa dupla impenetrable que ya nos ha dado muestras de lo que puede llegar a ser.

Cómo se demostró este domingo en el Wanda, vuelve Araújo, vuelve el líder.

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