Quizás aún las parcialidades no nos demos cuenta que estamos transitando los últimos tiempos de un fútbol con futbolistas con habilidades que viene de lejos, de aquellos dotados de potreros, calles, baldíos, barriadas que le daban a este deporte un sello indeleble: jugar por jugar, disfrutando horas y horas, de noche, bajo la lluvia, con ropa hecha girones, golpeados…pero felices.

Y los años se fueron transcurriendo rápidos, veloces, el entorno fue cambiando abruptamente, aparecieron los “representantes”, los “cazadores de talentos” y así pibes, chavales y familias se fueron familiarizando con cifras en dólares, rápido salto a la Ligas mayores. Los espacios libres cada vez fueron menos, surgen las escuelas de fútbol: ya los elementos que venían de cuna (picardía, habilidad) en muchos casos, personajes de dudoso proceder, al fin de cuentas, terminan por conducir a estos jóvenes a fracasos que se diluyen en soledad.

Y todo queda limitado a que algunos países forjadores de estrellas de manera natural, por allí sumen a nuestros días, jugadores que nos digan que la esencia está viva. ¿Y que reemplazaría a aquellas canteras de astros como Xavi, Iniesta, Messi, Maradona, Pelé, Ronaldinho, Zidane? Atletas, por sobre todo atletas forjados en la faz física, estratégica, quedando en manos de técnicos de moda, partidos, encuentros con velocidad, fuerza, ida y vuelta, cada vez menos gambetas, desequilibrio en base a todo cuanto hoy vemos en algunos iluminados. En definitiva: para quienes vivimos otros tiempos bajo el paraguas de jugadores de paladar negro, mas de una vez terminaremos agobiados, aburridos por los espectáculos que veremos a futuro cercano.

Barcelona vivió años de gloria, en donde la estrategia fue parte importante de todo el brillo alcanzado, máxime cuando en sus filas llegó a contar en una misma plantilla con jugadores de la talla de un Messi, Iniesta. ¿Pero que decir de la habilidad, creatividad?,  en definitiva: estrategia y habilidad pueden convivir perfectamente. Los últimos exponentes de ese fútbol que será parte del ayer, encaran la etapa final de sus carreras a máxima competencia.

Seguiremos discutiendo: VAR sí, VAR no, en estos días se recordó aquel mítico gol de Maradona – con la mano – a los ingleses en el Mundial ’86, a la luz de los hechos actuales, hubiese sido invalidado, mas allá de distintas consideraciones, fue un gol que trascenderá a los años y seguramente ingresará en el arcón de los recuerdos, hitos del deporte mundial. Fotos que reposarán inmunes en la mente de quienes tuvieron/tuvimos la oportunidad de verlo.

Disfrutemos de las perlas que aún hoy, nos deslumbran con su juego de galera y bastón.

Néstor Nanni

Colaborador

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