Desde que el Fútbol Club Barcelona decidió fichar a el joven futbolista nacido en Reus, el progreso de éste ha sido notablemente visible. Sus inicios en el club azulgrana se remontan a 2006, año en el que jugaría en el Cadete B. Poco más tarde, en la temporada 2009-2010 ascendió al filial del Barça, a las órdenes de Luis Enrique. Al verano siguiente fue Pep Guardiola quién decidió incluirle en la pretemporada, y donde marcó su primer tanto con la camiseta blaugrana.

El debut del Sergi en partido oficial fue en noviembre de 2010, en el partido de dieciseisavos de Copa del Rey frente al Ceuta, en el Camp Nou. Más tarde, se fueron sucediendo los siguientes debuts en las competiciones restantes. Llegó la temporada 2015-2016 y su protagonismo en el equipo aumentó, hasta el punto de ser fundamental en la goleada en el Santiago Bernabéu, donde el jugador catalán dio la asistencia a Suárez para el primer gol. Cabe destacar que en este partido jugó como extremo derecho y fue una de las estrellas del mismo. Esta fue la primera y la única gran temporada de Sergi Roberto, que bajo mi punto de vista, lleva dos campañas viviendo de unos cuantos partidos buenos.

El comienzo del declive de Sergi comenzó en uno de sus puntos álgidos en el club: cuando anotó el gol que ponía el 6-1 en el marcador, en la épica remontada frente al Paris Saint Germain. Esta paradoja no es más que la realidad, ya que el jugador catalán no ha respondido a las exigencias, que un club y una afición como la del Barça, te piden. En la pasada temporada y en el inicio de la presente, se le ha visto muy incómodo, fallando pases fáciles, con muchas faltas de concentración en defensa, y sobre todo, sin aportar nada en ataque. Es cierto que es un jugador muy polivalente y que puede jugar en la mayoría de posiciones, el problema es que lleva dos temporadas sin proporcionar nada, tanto en el lateral derecho, como en el interior, y la afición ya se ha dado cuenta.

En el último partido de la temporada, el cual enfrentó al equipo dirigido por Ernesto Valverde y al Inter de Milán, Sergi jugó de titular, ya que tanto Jordi Alba como Junior estaban lesionados, y fue Semedo quien ocupó el puesto de lateral izquierdo. En ese encuentro, se demostró lo que es este jugador en el terreno de juego: un futbolista que pasa desapercibido; y eso, en una entidad tan grande como lo es el Barça, no puede suceder.

A pesar de todos lo aspectos negativos ya mencionados, es un jugador con las mejores formas fuera del terreno de juego. Nunca ha tenido una mala palabra hacia el club que le vio crecer y que le dio una oportunidad de entrar en la élite del fútbol europeo, y eso es algo que la afición azulgrana sabe agradecer. Parece ser que no le queda mucho tiempo en nuestro club, y a pesar de no formar parte de mi propia idea respecto al Barça del futuro, siempre le estaré agradecido por su compromiso y profesionalidad, tanto dentro, como fuera del campo.

Pablo Carretero

Colaborador

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