Hoy el Barça ha iniciado el camino hacia la conquista de la que sería la tercera Liga consecutiva, todas ellas conseguidas durante la “era Valverde”. Los barcelonistas, ilusionados con los fichajes de Frenkie De Jong y Antoine Griezmann, teníamos ganas ya de arrancar la temporada por fin de forma oficial. El juego hasta el momento visto, había ido de menos a más, pero tampoco es que fuera distinto de la temporada pasada, aunque estábamos en pretemporada.

Hoy jugábamos e inaugurábamos el campeonato doméstico frente a un rival potente y duro de roer, sobretodo en su casa, el Athletic Club de Bilbao. Los culés venían de ganar 4-0 al Nápoles con un gran partido en aspectos generales, traían una buena dinámica y un estado de ánimo para poder lograr un gran resultado y realizar un gran partido. Pero no ha sido así.

Pese a salir con el mismo once que contra el Nápoles, fruto de la gran intensidad de los vascos contra la poca intensidad de los culés, el Barça ha perdido 1-0, (golazo de Aduriz en el 88’). Pero lo más importante, y aunque estemos aún en agosto, ha sido el juego vulgar que ha mostrado tener el equipo. Aunque en defensa no estuvimos mal, en ataque hemos jugado con poca intensidad, erróneos a la hora de combinar, circulación lenta y horizontal del balón provocando una nula verticalidad a la hora de intentar generar peligro.

Es cierto que se ha lesionado Suárez en el primer tiempo y eso ha condicionado en el juego de ataque, pero hoy ha quedado demostrado que por culpa de la pobre preparación física y de no trabajar bien con cada jugador, dejándole claro lo que tiene que realizar en ataque, dependemos de Messi para ganar. Sin Leo, el equipo parece otro, ¿Por qué?,  porque no se ha trabajado adecuadamente. No puede ser que cuando cualquier centrocampista o defensa tenga el balón, los hombres más adelantados no realicen apoyos de pase rápidos con intensidad y ni un simple desmarque de ruptura. Teniendo a Dembélé en el campo, es delito no buscarle al espacio, así desaprovechamos su velocidad. Griezmann tiene que subir más arriba para poder apoyarse de primeras y dar así ese puntito de fluidez del que carece el juego. Pero… ¿Por qué el Barça no hace eso?. El motivo es muy sencillo: porque trabajamos única y exclusivamente para Messi. Siempre esperamos a que haga alguna genialidad siempre por el centro y que la doble en banda a Jordi Alba para que éste se la acabe devolviendo o encuentra a Suárez en buena posición.  Este es el repertorio que tenemos, los rivales de nivel ya lo saben, y cuando llega la hora de la verdad, siempre nos pintan la cara. Es por eso, que Ernesto Valverde debe ponerse a trabajar de urgencia en los aspectos ofensivos con los demás jugadores, juegue o no Messi. Si ya nos cuesta jugar y generar en ataque cuando no está el rosarino en el campo, el Barça será muy pobre ofensivamente cuando él se vaya.

Valverde debe actuar ya.

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