El Barça sudó sangre para eliminar al Cornellà de la Copa del Rey. El encuentro se resolvió en la prórroga con un golazo de Dembélé y la sentencia de Braihtwaite tras una gran jugada de Pedri. Pero uno de los hechos más destacables fue el debut de Ilaix Moriba con el primer equipo.

El canterano partió como interior derecho en el 4-3-3 de Ronald Koeman. Y para ser su primer partido con los “mayores”, dejó minutos de calidad.  Se vió a Ilaix pidiendo el balón varias veces. Quiere estar en contacto con el cuero constantemente, lo necesita para estar metido en el encuentro. Cuando lo recibía jugaba rápido, a 2-3 toques y movía el esférico de un lado al otro con bastante razonamiento. Siempre con sentido y buscando el pase vertical para poner al compañero libre en ventaja.

Moriba no amasó la pelota. Recibía y soltaba. No ralentizaba la circulación y daba continuidad a las jugadas. Además, sorprendió su capacidad para moverse entre líneas y desordenar a la defensa rival. Su fuerte envergadura esconde una buena técnica para girarse y jugar en espacios reducidos. Es un jugador muy físico pero que también interpreta bien el juego y tiene condiciones para sumar pases y ser valioso en construcción.

Asimismo, se descolgó para llegar y cargar el área. Su gran altura le puede dar al Barça ese poderío aéreo para ser peligroso en los centros. Koeman buscaba en Wijnaldum algo similar e Ilaix puede sumar en ese aspecto. Un perfil más box to box que parece que el técnico holandés quiere tener siempre en el campo.

Su partido fue correcto. Para ser su primer partido no desentonó y siempre tomó la decisión correcta. Veremos si Koeman le da más oportunidades y podemos seguir viendo a Ilaix.

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