Pocas horas para comenzar a rodar la pelota, los Blaugrana vs el Submarino Amarillo corren el telón del Camp Nou. Ya sin varios de los históricos el Barcelona pretenderá borrar la imagen, triste imagen de aquella goleada histórica frente al Bayern Munich.

En medio de un vendaval de hechos, situaciones extremas, dimes y diretes, moción de censura a la espera, menos sonriente y envejecido, Bartomeu pretende ponerle el pecho a la situación. Se siguen sumando comentarios nefastos a esta Directiva (Neymar, el mismo Messi, Dani Alves etc.)

Se leen conceptos duros, ácidos en redes y diarios de todo el mundo, pareciera que el grado de exposición de Bartomeu lo llevaría al final de su carrera como dirigente del fútbol. La parcialidad aguarda resultados, ver cómo reacciona el primer equipo, inclusive saber de qué se trata el tema refuerzos. No queda mucho tiempo para ello, máxime con mercado devaluado por crisis del Covid 19.

La eventual alineación blaugrana no brindaría sorpresas – Neto seguirá en la portería- Ansu, Griezmann y Coutinho acompañarían a Messi – solo esperar las estrategias de juego diagramadas por Koeman. No será fácil esta etapa, como toda transición ofrecerá vaivenes.

La salida de jugadores como Suárez, Rakitic, Vidal, Semedo, representan un fuerte ahorro para las arcas del club. Ahora bien, para la estructura en campo de juego, ese ahorro también puede traducirse en muchos menos goles – por ejemplo – que venían de la capacidad goleadora de Luis Suárez. La alternancia con Lío en esa función, tenía sobrada importancia para el culé.

Tampoco debemos ser hipócritas, sabemos que la llave maestra está en conocer los resultados de la moción de censura – con fecha tope de validación 10 de octubre -, firmas guardadas, custodiadas, en instalaciones del FC Barcelona. Será un antes y un después de esta instancia. El número clave: 16.520 firmas que apoyen a la moción.

Más de una vez nos preguntamos: ¿era necesario llevar esta situación a límites extremos?, un clima interno que se evidencia enrarecido, con jugadores incómodos, indudablemente se sienten denigrados por la actual dirigencia.

Un compás de espera abierto y con demasiadas dudas.